¿Cuál es el recuento de glóbulos blancos necesario para diagnosticar la leucemia?
El número de glóbulos blancos no está necesariamente relacionado con la leucemia. En general, la cantidad de glóbulos blancos en pacientes con leucemia tiende a aumentar. El número de glóbulos blancos en pacientes con leucemia aguda suele estar entre 10 y 20.
No existe una conexión necesaria entre los niveles de glóbulos blancos y la leucemia. Si los glóbulos blancos aumentan o disminuyen, se debe descartar la leucemia y otras enfermedades sanguíneas malignas. En este momento, los pacientes con glóbulos blancos aumentados o disminuidos deben cooperar con el examen de médula ósea para mejorar clínicamente y aprobar algunos exámenes relacionados, como el examen de citología de médula ósea, para determinar si tienen enfermedades hematológicas como la leucemia. El síntoma principal de la leucemia es la fiebre. La cantidad de células leucémicas es grande, pero no tienen función fagocítica; la función de las plaquetas en el cuerpo es principalmente bloquear los espacios entre los vasos sanguíneos, en lugar de permitir que los glóbulos rojos salgan de los vasos sanguíneos.
La leucemia es una serie de clones continuos de glóbulos blancos. Debido al espacio limitado en la médula ósea, los glóbulos blancos ocupan el espacio donde crecen las plaquetas, dando como resultado la trombocitopenia. La leucemia puede provocar una disminución de la inmunidad e infecciones, como neumonía e infección perianal; en segundo lugar, puede causar anemia, haciendo que el paciente luzca pálido y débil; en tercer lugar, puede causar una variedad de síntomas hemorrágicos, como equimosis en la piel o petequias, encías; Sangrado, e incluso órganos internos. Lo más grave es que las células leucémicas pueden infiltrarse en órganos y tejidos del paciente, como los ganglios linfáticos, el hígado o el bazo; también pueden infiltrarse en el tejido renal, provocando daño renal, incluso insuficiencia renal e incluso la muerte en casos graves.
El tratamiento a largo plazo, especialmente la radioterapia y quimioterapia repetidas, puede provocar que los pacientes sufran un colapso psicológico, no quieran o no puedan trabajar y vivir normalmente y, en última instancia, perder la confianza en sus vidas. Presta atención al descanso y evita actividades extenuantes. Preste atención al aislamiento protector para prevenir infecciones. El ambiente de vida familiar debe ser relativamente saludable y cómodo, y las ventanas deben abrirse con frecuencia para mantener fresco el aire interior. Evite el contacto con personas con infecciones respiratorias. Preste atención a la higiene bucal y cutánea, cámbiese la ropa interior con frecuencia y lave y seque la ropa con frecuencia. Manténgase abrigado y cámbiese de ropa en cualquier momento según los cambios de temperatura.