Las manitas de cerdo están riquísimas, pero estos cuatro métodos son los más clásicos y gorditos.
(1) Raspar y lavar las manitas del cerdo. La pelusa se puede quemar con fuego. Cortar las puntas de las garras, partirlas por la mitad y picarlas en trozos pequeños. (O pídele a tu tía o tío que vende manitas de cerdo que te las corte en trozos pequeños).
(2) Escaldar las manitas de cerdo, poner las manitas de cerdo en agua fría, hervir el agua, recoger las manitas de cerdo y quitarles la sangre y la espuma de aceite. Corta el jengibre en rodajas gruesas, corta las cebolletas en gajos y reserva, y corta las zanahorias en cubos.
(3) Calentar un poco de aceite en una olla, añadir azúcar de roca o azúcar blanca y sofreír hasta que adquiera un color marrón rojizo. Cuando esté burbujeando y hirviendo, añadimos una manita de cerdo cocida y sofreímos a fuego medio o alto (calor rápido). Cuanto más se fríe, más firme quedará y el color no se desvanecerá.