Lactancia materna en pausa
Cuando se padece una enfermedad infecciosa
Cuando una madre tiene una enfermedad infecciosa grave no puede dar el pecho para evitar transmitirla a su bebé. Si la madre tiene hepatitis o enfermedad pulmonar, debe dejar de amamantar.
Durante la medicación
Cuando la madre está enferma (como resfriado, fiebre, etc.). ) y debe tomar medicamentos, debe dejar de amamantar y esperar hasta que se recupere antes de suspender el medicamento. Sin embargo, se debe prestar atención a extraer la leche según el horario de alimentación todos los días y asegurar la lactancia más de tres veces al día. exprimido. No alimente a su bebé con leche materna.
Cuando se padece una enfermedad de emaciación
Si la madre tiene una enfermedad cardíaca, renal o diabetes, puede decidir si amamantar en función del diagnóstico del médico. En circunstancias normales, las madres fértiles con las enfermedades anteriores pueden amamantar, pero deben prestar atención a la nutrición y el descanso, y acortar el tiempo de lactancia según su condición física.
Pezones agrietados severos y mastitis
Cuando las madres padecen enfermedades graves como pezones agrietados y mastitis, deben suspender la lactancia materna y recibir tratamiento oportuno para evitar que se agrave la afección. Pero la leche materna se puede extraer para alimentar a su bebé.
Realizar un tratamiento con yodo radiactivo
Debido a que el yodo entrará en la leche y será perjudicial para la función tiroidea del bebé, se debe interrumpir temporalmente la lactancia. Después del tratamiento, se debe comprobar el nivel de sustancias radiactivas en la leche. Se puede continuar con la lactancia después de alcanzar niveles normales.
Exposición a químicos tóxicos o pesticidas
Las sustancias peligrosas pueden envenenar a los bebés a través de la leche materna. Durante la lactancia, se debe evitar el contacto con sustancias nocivas y mantenerse alejado de ambientes nocivos. Si se ha producido exposición, se debe interrumpir la lactancia.
♀?Después del ejercicio
Las personas producirán ácido láctico durante el ejercicio. El ácido láctico que queda en la sangre hará que la leche tenga mal sabor, lo que no le gustará al bebé. Según las pruebas, cualquier ejercicio de intensidad moderada o superior puede producir este fenómeno. Por lo tanto, las madres que asumen la responsabilidad de amamantar solo deben realizar algo de ejercicio "moderado" y descansar un rato antes de amamantar.