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¿Cuánto ajo debes comer cada día? ¿Cuál es el daño de comer demasiado?

¿Cuánto ajo debes comer todos los días? ¿Cuál es el daño de comer demasiado? El ajo es un condimento que utilizamos a menudo. Aunque muchas personas están acostumbradas a tomarlo todos los días, una pequeña cantidad generalmente puede tener buenos efectos.

El ajo es rico en compuestos orgánicos de azufre, que son un tipo de fitoquímicos, por lo que tiene buenos efectos para la salud y sus nutrientes pueden prevenir enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

El ajo es rico en péptidos, glucósidos y enzimas, lo que le confiere efectos únicos para la salud. Tiene ciertos efectos en la regulación del metabolismo humano y en la reducción del colesterol y los triglicéridos.

El ajo es único entre los alimentos por sus potentes efectos antibacterianos y antiinflamatorios.

Hay un proverbio: El ajo tiene cien beneficios, pero sólo un inconveniente es que daña los ojos. El consumo excesivo de ajo a largo plazo puede provocar visión borrosa, disminución significativa de la visión, tinnitus, sequedad de boca, sensación de pesadez en la cabeza y disminución significativa de la memoria. Por lo tanto, todo debe hacerse dentro de un cierto grado.

Los científicos creen que es más adecuado comer un diente de ajo crudo cada día, siendo suficientes dos o tres dientes de ajo cocido. Aunque el ajo es pequeño, es inútil si se come demasiado. Debido a que la alicina, que tiene un efecto bactericida, perderá su efecto poco después de calentarse y salarse, es mejor no agregar sal a los alimentos crudos. Por tanto, si quieres conseguir el mejor efecto para la salud, lo mejor es triturar el ajo y dejarlo secar de 10 a 15 minutos antes de comerlo.

Los pacientes con enfermedades hepáticas no deben comer ajo.

Algunos componentes del ajo también pueden irritar el tracto gastrointestinal, inhibir la secreción de jugos digestivos intestinales, afectar la digestión de los alimentos y agravar las náuseas y otros síntomas en pacientes con hepatitis. Además, los componentes volátiles del ajo pueden reducir los glóbulos rojos y la hemoglobina en la sangre y pueden causar anemia, lo que no favorece el tratamiento de la hepatitis.

Entonces, ¿qué puedes comer para proteger tu hígado?

Uno: Consume alimentos ricos en proteínas y bajos en calorías.

Los alimentos ricos en proteínas y bajos en calorías son los favoritos del hígado. El hígado es una enorme fábrica química con más de 1.500 reacciones químicas cada día. La intensidad del trabajo es imaginable.

Así que la clave para proteger el hígado es proporcionarle los nutrientes suficientes para permitir que la planta química funcione con normalidad. Especialmente a los pacientes con hepatitis y cirrosis, es necesario proporcionarles una gran cantidad de proteínas de alta calidad, 100 gramos por día.

En segundo lugar, consume alimentos ricos en ácido alfa-linolénico.

El ácido alfa-linolénico es el componente principal de las membranas celulares, que es beneficioso para la regeneración de las células hepáticas, mejora las propiedades antivirales de las membranas celulares del hígado y protege las células hepáticas del daño viral.

Al mismo tiempo, el ácido α-linolénico participa en el metabolismo de las grasas y del azúcar en el cuerpo, puede reducir los lípidos en sangre y la deposición de grasa en el hígado, aumentar la síntesis de proteínas, eliminar sustancias tóxicas y promover el rejuvenecimiento del hígado. función celular.

Existe en el salmón, el aceite de sésamo y el aceite de linaza. El mayor contenido en el aceite de sésamo es 66,7. Los protectores del hígado pueden optar por comer pescado de aguas profundas tres veces por semana o complementar de 5 a 10 ml de aceite de sésamo todos los días como forma de proteger su hígado.

Tres: Comer frutos secos, frutas y verduras

La vitamina A puede reparar la función hepática, prevenir e inhibir la proliferación de células cancerosas en el hígado. Las vitaminas B pueden acelerar el metabolismo material, prevenir la degeneración del hígado graso y prevenir el hígado graso. Las personas a las que les gusta beber deberían tomar más vitamina B. La vitamina E puede prevenir el envejecimiento del tejido hepático y tiene un efecto protector significativo sobre el hígado.

Los frutos secos, las frutas y las verduras son fuentes importantes de estas vitaminas, por lo que conviene consumirlas adecuadamente.

Cuatro: Verduras crucíferas

Las verduras crucíferas contienen una variedad de fitonutrientes, flavonoides, carotenoides, sulforafano, etc. , puede ayudar de manera integral al hígado a disolver diversas toxinas químicas y carcinógenos. Las verduras crucíferas comunes incluyen la coliflor, el repollo, el repollo y el rábano.

Cinco: diente de león

La raíz de diente de león se utiliza a menudo en pacientes con hepatotoxicidad. Es el nutriente natural más importante en la prevención de la hepatitis C.

La raíz de diente de león tiene un efecto protector sobre la lesión hepática aguda en animales. El diente de león puede antagonizar el daño de las endotoxinas a los lisosomas y mitocondrias de las células hepáticas y reducir los efectos tóxicos de las endotoxinas liberadas después de la acción de los antibióticos.

Por tanto, puede proteger el hígado y potenciar la regeneración hepática.

Puedes comer raíces de diente de león frescas o beber té de raíz de diente de león remojado en agua, lo que puede proteger muy bien el hígado.

Seis: ¿Bayas?

Las bayas son ricas en fitoquímicos como antocianinas y polifenoles, que tienen fuertes efectos antioxidantes y pueden ayudar al hígado a proteger las células del cuerpo de los radicales libres y el estrés oxidativo. Las bayas comunes incluyen arándanos, frambuesas, etc.