Utilizo una cocina de inducción para cocinar todos los días y rara vez frito. Básicamente, solo frito o cocino al vapor. ¿Tener una campana extractora afectará mi salud?
Los vapores del aceite que se producen al cocinar contienen diversas sustancias nocivas, lo que tiene un mayor impacto en el sistema respiratorio. Incluso si utiliza una placa de inducción y rara vez fríe, se seguirán produciendo algunos humos y vapor de agua durante el proceso de cocción. La exposición prolongada a estos humos y vapor de agua puede tener un impacto en su salud.
Por ejemplo, un estudio publicado en la importante revista académica internacional "Lung Cancer" demostró que los vapores de la cocina pueden aumentar 3,79 veces el riesgo de cáncer de pulmón en mujeres no fumadoras. Además, la acroleína, el componente principal del humo del petróleo, produce una fuerte irritación de las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la garganta y puede provocar queratitis crónica, rinitis, faringitis, traqueítis y otras enfermedades.
Por lo tanto, incluso si las condiciones de tu cocina no son muy buenas, con una ventilación deficiente y una eficiencia de combustión extremadamente baja, cocinar en un ambiente así durante una hora equivale casi a fumar medio paquete de cigarrillos. Por lo tanto, se recomienda instalar una campana extractora o un extractor de aire en la cocina y encenderlo mientras cocina. Si apaga la campana extractora inmediatamente después de cocinar, es posible que queden gases de escape no agotados en la cocina. Por lo tanto, se recomienda que continúe haciendo funcionar la campana extractora durante 3 a 5 minutos después de cocinar para asegurarse de que los gases nocivos se descarguen por completo.
En general, aunque utilices una cocina de inducción y rara vez fríes a altas temperaturas, para proteger tu salud, se recomienda instalar y utilizar una campana extractora.