La preparación del kimchi y el rábano es ácida, dulce y crujiente, sencilla, bonita y apetitosa
2. Poner el rábano cortado en un recipiente, espolvorear con 10g de sal, mezclar bien y dejar marinar durante unos 30 minutos, para que el rábano quede suave, deshidratado y picante. Vierta la salmuera después de marinar y no se moleste en lavarla con agua hervida fría o agua purificada.
3. Añade el mijo, la pimienta, el azúcar y el vinagre blanco. Los rábanos que no se lavaron en el paso anterior se pueden lavar sin sal. Sólo necesitas una cucharada de sal, no demasiada. Mezcla y revuelve bien
4. Vierte el rábano en un recipiente para verduras sellado o en un frasco de vidrio. Yo uso una caja para verduras. Antes de verterlo lo escaldé con agua hirviendo para esterilizarlo y conservarlo mejor.
5. Guardar en el frigorífico, dejar marinar unas horas y ¡estará listo al día siguiente!
6. La condición del rábano blanco disminuyó un poco después del segundo día. Saca una porción cada vez que comes y vuelve a guardarla en el frigorífico. A medida que aumenta el tiempo de marinado, al final mejora cada vez más.