Se dice que la mayoría de las madres solteras en Japón viven en la pobreza. ¿Por qué existe tal fenómeno social?
Además, como estas madres solteras con hijos no pueden encontrar trabajos bien remunerados, la mayoría trabaja como camarera en tiendas de conveniencia o restaurantes. Estos trabajos pagan salarios bajos y pueden resultar agotadores. Tener que cuidar a los niños y al mismo tiempo trabajar para mantenerlos hace que a las madres solteras les resulte aún más difícil afrontar la situación. Algunas madres solteras de entre veinte y setenta años han sido torturadas por este tipo de vida durante más de diez años y quieren encontrar a alguien con quien volverse a casar, pero los hombres japoneses rara vez aceptan a una mujer con hijos.
Después del divorcio, el exmarido difícilmente pagará la pensión alimenticia, porque la ley japonesa suele adjudicar el hijo a la madre, pensando que la madre es más adecuada para cuidar del niño, mientras que el padre sólo necesita pagar la pensión alimenticia mensual estipulada. Esos hombres divorciados simplemente no lo hacen. Simplemente hacen la vista gorda ante sus hijos y continúan viviendo felices para siempre. Su actitud irresponsable dejó a la madre frustrada e indefensa. No hay ninguna razón por la que el exmarido no pueda sobrevivir sin pagar por los niños.
Así que la vida de las madres solteras en Japón es muy pobre. Sus familias originales creían que no era necesario que su hija regresara a vivir a casa después del matrimonio, y mucho menos ayudarla a cuidar a los niños. Las madres solteras no tienen otra opción que depender de sí mismas.