El párrafo que describe las expresiones faciales del animal debe tener aproximadamente 200 palabras.
Tienen rostros delicados, ojos brillantes, cuerpos fuertes, extremidades vivas y son muy ágiles y alertas. La carita delicada realza el sombrero y la hermosa cola en forma de borla, que luce particularmente atractiva. La cola siempre está levantada hasta la parte superior de la cabeza y el cuerpo se esconde debajo de la cola para disfrutar del frescor; A menudo se sientan erguidos y usan las manos como los humanos para llevarse la comida a la boca con las patas delanteras. Se puede decir que las ardillas son las que menos se parecen a los animales de cuatro patas.
Las ardillas no se esconden bajo tierra. Suelen estar activas en lugares altos, viviendo en los árboles como pájaros, corriendo por el bosque, saltando de árbol en árbol. Construyen nidos en los árboles, recogen frutas y beben rocío. Sólo cuando los árboles son arrastrados con demasiada fuerza por el viento pueden caer al suelo. No se encuentran ardillas en los campos ni en las llanuras. Nunca se acercan a las casas de la gente ni se quedan en pequeños arbustos. Sólo les gustan los bosques grandes y viven en árboles altos. En una misteriosa noche de verano, se puede escuchar a las ardillas saltando y gritando en los árboles, persiguiéndose unas a otras. Parecen tener miedo de la luz solar intensa. Se esconden en sus nidos durante el día y salen por la noche para practicar correr, jugar y comer. Aunque también cazan aves, no son depredadores. Suelen comer almendras, avellanas, castañas de haya y roble.
Las ardillas tienen miedo de meterse en el agua. Algunas personas dicen que cuando la ardilla cruza el agua, utiliza un trozo de corteza como barco y su cola como vela y timón. Las ardillas no hibernan en invierno como las ratas de montaña. Están muy alerta y salen corriendo de sus nidos y se esconden debajo de las ramas o escapan a otros árboles tan pronto como alguien toca las raíces de un árbol. Las ardillas corren y saltan muy rápidamente, siempre saltando hacia adelante y, a veces, brincando. Sus garras eran tan afiladas y sus movimientos tan ágiles. Treparon a un árbol muy liso en un instante.