Haz realidad tus grandes sueños y siéntete afortunado.
Después de graduarnos, nuestro mayor sueño es encontrar primero un buen trabajo. Un trabajo ligeramente mejor es aquel que nos gusta, que paga bien y que puede estar cerca de casa. Poco a poco, a medida que crecemos y formamos una nueva familia, soñamos con tener una pequeña casa propia y vivir una pequeña vida feliz. A medida que nuestros hijos crecen y nuestros padres envejecen, poco a poco sentimos más y más presión en la vida y comenzamos a soñar con ganar mucho dinero y darle a nuestras familias una vida mejor.
Los sueños humanos cambian a medida que seguimos creciendo y nuestras vidas cambian. A veces, después de que un sueño se hace realidad, tenemos nuevos sueños y objetivos más elevados. Cuando nuestro salario era de 5.000, esperábamos 7.000. Cuando llegó a 7.000, pensamos que podría costar 10.000 o incluso más. Quería comprar una casa cuando estaba alquilando, pero ya compré una casa y vivía en mi propia casita, pero quería tener un auto. Quizás algunas personas ya tengan una casa y un automóvil, pero todavía no están satisfechas con el status quo y quieren comprar más casas.
Los deseos humanos continúan expandiéndose con los cambios en la vida, la presión y el mundo exterior, y los pequeños sueños originales se han vuelto cada vez más grandes. Pero a veces el ideal es muy pleno, pero la realidad es muy flaca, y todo lo que pides puede no lograrse. En el proceso de perseguir nuestros sueños, ¿pasamos por alto muchas cosas pequeñas? Esos detalles aparentemente discretos, si no les prestas atención, no sentirás el efecto que tienen en ti.
Cuando estemos cansados de perseguir nuestros sueños, deténgase y descanse, detenga nuestros pasos de carrera, detenga nuestros sueños en constante cambio y persecución. Dejemos que nuestros corazones descansen por un tiempo, centrémonos en el momento presente y encontremos algo de felicidad en nuestra vida presente.
Quizás después de un día ajetreado, comer con tu familia pueda hacerte sentir sumamente feliz. Quizás sea la sonrisa que ves al abrir la puerta, o el abrazo que le das cuando llegas a casa cansado y cansado, lo que te hará sentir que la felicidad es así de sencilla. Quizás después de tu lujoso entretenimiento, llegas a casa y ves una luz brillando para ti en la distancia. Allí hacía calor y felicidad.
Es felicidad tener a alguien esperando por ti, felicidad de tener a alguien que te acompañe, felicidad de tener a alguien que te recuerde, felicidad de tener a alguien que te extrañe.
Sal a caminar con tu ser querido, lleva a tus hijos al parque, come y charla con tus padres. Ésta es nuestra vida normal y, a menudo, es la felicidad más común que nunca hemos sentido con el corazón.
Lo que realmente nos trae felicidad en la vida no es cuántas casas, cuánto dinero tenemos o cuántos coches tenemos. Lo que puede hacernos sentir felices son precisamente aquellos acontecimientos que normalmente nos hacen pasar desapercibidos. Dejemos de lado esos grandes sueños y apreciemos las pequeñas bendiciones que nos rodean. Algunas cosas son pequeñas, algunas personas son comunes, pero esa es la felicidad que realmente podemos sentir.
La felicidad es sólo un sentimiento, no es algo real que no podemos ver ni tocar, pero nos hace sentirlo realmente. Viva atentamente, preste atención al presente, sienta cada bendición de la vida y deséenos a cada uno de nosotros una vida feliz.
2022-1-15