Cuento corto de Sopa de pollo para el alma
Intentaré decir uno.
La comadreja erigió un monumento en el acantilado de la granja de pollos, que decía: 'Abandona las ataduras tradicionales y no saltes con valentía, ¿cómo sabrás que no eres un águila?
Luego las comadrejas se comían las gallinas al pie del acantilado todos los días.
Esta historia nos cuenta que leer la llamada "Sopa de pollo para el alma" requiere inteligencia, y la mayor parte de la sopa de pollo es guisada por comadrejas.