¿Cuáles son las causas y manifestaciones de la enfermedad inflamatoria pélvica aguda?
La enfermedad inflamatoria pélvica aguda suele estar causada por patógenos (principalmente Staphylococcus, Streptococcus, Escherichia coli, en ocasiones Proteus, Pneumococcus, Clostridium perfringens) que invaden y provocan infección.
Infección posparto o posaborto: La madre está débil después del parto, el cuello uterino no está bien cerrado, rotura temprana de membranas durante el parto, placenta residual o membranas fetales en la cavidad uterina después del parto, o aborto incompleto, etc., lo que lleva a que los patógenos originalmente presentes en la vagina o el canal cervical o las bacterias patógenas del exterior invadan y luego asciendan a la infección.
Infección postoperatoria tras operaciones quirúrgicas intrauterinas: operaciones de la cavidad uterina realizadas sin una desinfección estricta, como drenaje de las trompas de Falopio, dilatación y legrado, colocación de dispositivo intrauterino, angiografía con lipiodol, tratamiento del canal cervical o cirugías ginecológicas que no sean estrictamente esterilizado puede introducir bacterias en la cavidad uterina y causar infección.
Mala higiene menstrual: Una mala higiene menstrual o las relaciones sexuales menstruales pueden introducir bacterias patógenas y provocar inflamación.
Infección secundaria de órganos adyacentes en la cavidad pélvica: como apendicitis, cistitis, etc.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad inflamatoria pélvica aguda varían según la gravedad y el alcance de la inflamación. El dolor abdominal bajo se acompaña de fiebre durante el inicio de la enfermedad. En casos graves, pueden aparecer síntomas como fiebre alta, escalofríos, dolor de cabeza y pérdida de apetito. Si se produce peritonitis, habrá síntomas del sistema digestivo como náuseas, vómitos, distensión abdominal y diarrea. Si se forma un absceso, puede haber una masa en la parte inferior del abdomen y síntomas de compresión e irritación local. Si la masa está ubicada en la parte frontal, puede haber síntomas de irritación de la vejiga, como micción frecuente y dificultad para orinar. Cistomiositis, también puede haber síntomas como disuria. Si la masa se localiza en la parte frontal, puede haber síntomas como dolor urinario. Posteriormente, puede haber síntomas de irritación rectal, como tenesmo, diarrea y dificultad para defecar.