Tiempo de ciudad pequeña (2): Ciudad Castillo
Los pequeños pueblos de Europa son los más inolvidables.
Un pequeño pueblo, alejado de la ciudad, rodeado de campo. Una ciudad en el campo tiene una población de sólo cinco a seis mil habitantes, o incluso menos. Sin embargo, lo tiene todo, ¡y es tan hermoso que hace suspirar y admirarlo! Es la acumulación de historia y cultura, y el sabor que sólo se puede acumular con el amor a la vida. El pequeño pueblo siempre está lleno de lugares dignos de recordar.
La primera vez que me emocioné fue en Baviera, Alemania, cuando vi un pueblo tan pequeño en la ciudad natal de BMW: ¡cualquier bistró, hotel, cafetería o boutique era tan embriagador! La decoración informal y el mobiliario interior limpio, sencillo pero bien pensado siempre pueden sumergirle en una atmósfera agradable.
En Francia, volví a experimentar la sensación de una ciudad europea como una niña de otro mundo. Al pie de los nevados, en el callejón sin ningún ruido, cada luz, cada balcón y cada puerta pueden hacer que no puedas evitar levantar la cámara. De hecho, en un lugar como este, ya no es necesario componer una imagen ni pensar en técnicas fotográficas. Basta con sostenerlo y presionar el obturador. Cada foto puede sorprenderte.
En cada esquina de una ciudad francesa, hay una pequeña tienda con características completamente diferentes. Es tan grande y la decoración es tan única, que revela el ambiente y el gusto de la tienda. ¡No puedes evitar reconocer esta diferencia esencial!
Las ciudades suizas de Lausana y Montreux me dejaron una profunda impresión, permitiéndome recomprender el sentido de la vida y aclarar una vez más que la mayor caridad en la vida es ser un modelo feliz y disfrutar. ¡Y ayuda a otros a disfrutar la vida! ¡Incluso un mendigo puede añadir felicidad, alegría y recuerdos inolvidables a la ciudad gracias a su existencia!
Para mí, la belleza de Europa es el respeto y el aprecio que la gente tiene entre sí. En China, todo aquel que quiera ser diferente de los demás tiene que soportar mucha presión. En la sociedad europea, por el contrario, cada diferencia tiene un lugar. Cuando te vistes de manera única, cuando tienes un corte de pelo extraño, cuando actúas de manera extraña... siempre hay espacio para que la gente te aprecie. Puedes hacer graffitis en las paredes de la metrópoli o pintarte la cara con varios símbolos. Tienes un mundo vasto que puedes explorar libremente.
Los pueblos pequeños de Europa tienen paisajes embriagadores. No te puedes imaginar que los pueblos pequeños que son tan pequeños que casi se ignoran en realidad contienen paisajes hermosos y diferentes. Bajo el cielo azul claro, después de doblar una esquina y caminar por callejones tan antiguos, vi una plaza poética y un castillo que parecía tocar música antigua. Las grullas vinieron hacia nosotros y volaron hasta la cima del castillo. Las grullas se erguían maravillosamente, cada una ocupando el punto más alto del techo, posando como si estuvieran esperando que les tomaras una foto.
Las paredes del hotel de la ciudad del castillo están llenas de fotografías y medallas que cuentan sus orgullosas historias y logros. En las paredes, hay decoraciones informales pero cuidadas por todas partes, ¡qué encantador! ¡Suspiro! ¡Sin habla! Es una acción que sólo harían quienes aman la vida, haciendo que este lugar esté lleno de felicidad y confort.
Ciudades castillo europeas, quizás influenciadas por la cultura, cada tienda parece usar su letrero, fachada, colores interiores, mobiliario, muebles y decoración únicos para decirle a los visitantes que el arte está en todas partes.
Me pareció escuchar la prosperidad que existía a mi alrededor en aquel mundo antiguo. Ahora, cada muralla de la ciudad que se encuentra aquí silenciosamente parece continuar con una vitalidad infinita a su manera.
¡Caminar por las tranquilas callejuelas del castillo te deja un regusto a borrachera!
El magnífico castillo y las murallas de la ciudad parecían haber sido dibujados por pueblos antiguos. Estaba completamente conquistado.