¿Pueden las mujeres embarazadas comer patas de cangrejo?
Como grupo especial, las mujeres embarazadas no solo deben prestar atención a fortalecer la nutrición y comer alimentos nutritivos con moderación, sino también prestar gran atención a la estructura de la dieta, la cocina, la higiene de los alimentos y la selección de alimentos. Durante el embarazo, los distintos órganos del bebé continúan desarrollándose y requieren un aporte adecuado de nutrientes. Si no se presta atención a una nutrición equilibrada durante el embarazo, no sólo el feto se desarrollará mal, sino que la madre también se debilitará después del parto. Aumentar la nutrición no se trata de comer más, sino de prestar atención al equilibrio de nutrientes de los alimentos.
1. No apto para dietas altas en grasas de larga duración.
Durante el embarazo, las mujeres embarazadas necesitan aumentar adecuadamente su ingesta de grasas. Sin embargo, si las mujeres embarazadas consumen una dieta rica en grasas durante mucho tiempo, el riesgo de cáncer del sistema reproductivo fetal aumentará inevitablemente. El consumo prolongado de alimentos ricos en grasas aumenta la concentración de ácidos biliares y colesterol neutro en el intestino grueso. Al mismo tiempo, los alimentos ricos en grasas pueden aumentar la síntesis de prolactina y promover la aparición de cáncer de mama, lo que es perjudicial para la salud de las madres y los bebés.
2. No es aconsejable un consumo excesivo de proteínas.
Según la investigación médica, el suministro insuficiente de proteínas debilita a las mujeres embarazadas, el feto crece lentamente, la recuperación posparto es lenta y la secreción de leche es escasa. Por lo tanto, el requerimiento diario de proteínas de una mujer embarazada debe alcanzar los 90-100 g. Sin embargo, una dieta rica en proteínas a largo plazo durante el embarazo afectará el apetito de las mujeres embarazadas, aumentará la carga sobre el tracto gastrointestinal y provocará fácilmente distensión abdominal, pérdida de apetito, mareos, fatiga y otros fenómenos.
3. La dieta alta en azúcar no es adecuada.
Las mujeres embarazadas con niveles altos de azúcar en sangre son propensas a dar a luz fetos con sobrepeso, lo que también puede provocar malformaciones congénitas fetales y toxemia durante el embarazo. Una gran cantidad de estudios médicos han demostrado que comer demasiada azúcar debilitará la inmunidad del cuerpo humano, reducirá la resistencia a las enfermedades de las mujeres embarazadas y las hará vulnerables a la invasión de bacterias y virus, lo que no favorece la eugenesia ni la atención posnatal.
4. Una dieta rica en calcio a largo plazo no es adecuada.
Las mujeres embarazadas siguen a ciegas dietas ricas en calcio, beben grandes cantidades de leche y toman comprimidos de calcio y vitamina D, que son perjudiciales para el feto. La suplementación excesiva de calcio en mujeres embarazadas puede causar hipercalcemia fetal. Después del nacimiento, la fontanela se cerrará prematuramente y la mandíbula se ensanchará y sobresaldrá, lo que no favorece un crecimiento y desarrollo saludables. En términos generales, el requerimiento diario de calcio de las mujeres embarazadas al principio del embarazo es de 800 mg, que puede aumentarse a 1100 mg al final del embarazo. Esto no requiere suplementación especial, siempre y cuando se consuma razonablemente a partir de alimentos diarios como pescado, carne y huevos.
5. No debe quedar demasiado salado.
Las investigaciones médicas modernas creen que existe una cierta relación entre la ingesta de sal y la aparición de hipertensión. El consumo excesivo de sal en mujeres embarazadas puede provocar fácilmente el síndrome de hipertensión inducido por el embarazo. Para el cuidado de la salud durante el embarazo, los expertos recomiendan que la ingesta diaria de sal sea de unos 6 gramos.
6. No es recomendable tomar suplementos para calentar.
Durante el embarazo, si las mujeres embarazadas suelen tomar suplementos para calentar, como ginseng, asta de terciopelo, goma fetal de ciervo, goma de asta de ciervo, longan, lichi, nuez, etc. , conducirá inevitablemente a deficiencia de yin e hiperactividad de yang, estancamiento y desequilibrio de qi, agotamiento de qi y yin, sarpullido por calor en la sangre, agravamiento de síntomas como náuseas matutinas, edema, presión arterial alta, estreñimiento e incluso aborto espontáneo o muerte fetal.