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Materiales de preparación: 1500g de fresas, 480g de azúcar, 7g de sal, 1 limón.
Pasos de elaboración:
1. Remojar las fresas frescas en agua ligera con sal durante 20 minutos y escurrir el agua.
2. Quitar los tallos a las fresas, cortarlas en trozos y ponerlas en un recipiente.
3. Añade azúcar (lo mejor es el azúcar de roca).
4. Añade una cucharada de sal (para enriquecer la mermelada).
5. Agitar suavemente, tapar y marinar durante 2 horas, o meterlo directamente en el frigorífico para marinar durante la noche. Las fresas tendrán mucha humedad.
6.Empezar a calentar, primero poner a fuego alto, esperar a que hierva, luego pasar a fuego lento, en este momento solo hace falta observar su estado y remover de vez en cuando.
7. Exprime un limón y reserva. No te saltes esto, es demasiado delicioso.
8. Poner el zumo de limón y calentar a fuego lento. En ocasiones la mermelada se saldrá gota a gota. En este punto, el agua casi se ha acabado. En circunstancias normales, es necesario seguir revolviendo y girando la olla, de lo contrario se volverá blanda.
9. Vierte la mermelada en el cubo de la tostadora, cierra la tapa y activa la función mermelada.
10. Es bueno terminar un programa. Si lo cocinas en una olla, el tiempo será más corto, pero también requerirá mucha mano de obra. La elección es tuya.
11. La textura de la mermelada cocida es muy espesa. En las fresas hay un polisacárido ácido llamado pectina. Freírlo en azúcar y calentarlo, y cuando el agua se evapore, adquirirá una textura espesa parecida a un gel. Esta pectina prolonga el tiempo de conservación de las mermeladas naturales.
12. Ponerlo en una botella, dejar enfriar, tapar y meter en el frigorífico.