¿Pueden las mujeres embarazadas comer puerros? Revelando las precauciones que deben tener en cuenta las mujeres embarazadas al comer puerros
Precauciones para las mujeres embarazadas al comer puerros
(1) El contenido de vitamina C en los puerros es muy elevado, lo que puede reducir la eficacia de la vitamina K.
(2) La carne de res no debe comerse con licor. La carne de res puede causar fácilmente gastritis, úlceras, enfermedades hepáticas y enfermedades hemorrágicas.
(3) Las personas con deficiencia de yin y fuego excesivo no deben comer puerros. Los puerros son picantes y cálidos para ayudar al yang. Puede secar el fuego y agotar el verdadero yin. Los experimentos con animales han demostrado que puede causar que los animales se vuelvan maníacos, convulsionados e incluso mueran. Por lo tanto, "Materia Médica Buscando la Verdad" dice: "Aquellos con una deficiencia de yin y exceso de fuego son los más tabú".
(4) No comas demasiados puerros en verano. Están envejeciendo y las fibras son gruesas y ásperas y no se absorben fácilmente. La función gastrointestinal disminuye en verano y comer demasiado puede provocar distensión y malestar abdominal o diarrea.
(5) A la hora de comer no se debe calentar demasiado tiempo. Los puerros son ricos en vitamina B y el calentamiento destruye este suplemento. Cuanto mayor sea el tiempo de calentamiento, mayor será el daño. Por tanto, no es apto para comer después de haber sido calentado durante mucho tiempo.
(6) Los puerros no deben comerse crudos porque son ricos en celulosa y no son fáciles de digerir, a diferencia de las cebollas y los ajos, que se pueden pelar antes de comerlos. La parte comestible está cerca del suelo y suele estar contaminada con huevos de microorganismos y parásitos. Tiene muchas ramas y es difícil de limpiar, por lo que es fácil contraer enfermedades y no debe comerse cruda.
(7) Los puerros no se deben consumir al mismo tiempo que la miel. Son ricos en vitamina C. Cuando se comen al mismo tiempo que la miel, la vitamina C contenida en los puerros se oxida fácilmente por los iones de cobre y hierro contenidos en la miel y pierde su efecto.