Red de conocimiento de recetas - Se unen a la olla caliente - ¿Qué debo hacer si mi hijo pierde el control de sus emociones? ? Cinco formas de afrontar los arrebatos emocionales

¿Qué debo hacer si mi hijo pierde el control de sus emociones? ? Cinco formas de afrontar los arrebatos emocionales

¿Qué deben hacer nuestros padres al lidiar con las emociones de nuestros hijos? Los niños suelen perder el control de sus emociones. ¿Cómo debería responder el cerebro? Los psicólogos dicen que los cambios de humor de los niños se pueden controlar y que los niños que pierden el control de sus emociones deben comenzar con estos cinco métodos de afrontamiento.

Cómo lidiar con el descontrol emocional

Contramedida 1: recuerde que su hijo no está apuntando a usted.

Muchos padres se sienten irrespetados cuando sus hijos desobedecen. Cuando un niño está enojado y llora, muchos padres piensan: "Mi hijo tiene una mala actitud hacia mí". Esta puede ser una reacción natural, pero está mal.

Los niños procesan las emociones y la información de forma diferente que los adultos. Los niños ni siquiera saben qué es "actitud" antes de ir a la escuela, y mucho menos juzgan si su actitud es buena o no. Incluso los niños de escuela primaria se enojan y hacen escándalo porque no han aprendido a controlarse, no porque tengan mala voluntad hacia sus padres.

Si los padres interpretan el enfado y el llanto de sus hijos como "mala actitud" y los castigan, esto causará verdaderos problemas.

Contramedida 2: No tenga expectativas poco realistas sobre la capacidad de su hijo para seguir las reglas.

El “período de concentración” de los niños es muy corto y se distraen con facilidad. Todavía les lleva mucho tiempo digerir las instrucciones verbales.

Por eso, cuando des instrucciones a tus hijos, no esperes que las sigan de forma inmediata y eficaz. También les lleva tiempo hacer la transición de una actividad a otra. Suponga que su hijo está jugando y no lo interrumpa bruscamente: "Ahora deje sus juguetes, lávese las manos y coma". Necesita explicaciones más claras y sencillas. Primero llama su atención, como "¡Hoy comamos arroz en tortilla! ¡Tu favorito!" Luego guíalo paso a paso: "Para preparar la cena, primero guarda los juguetes". " " "Ve a lavarte las manos ahora." "¡Ven y come!"

Contramedida 3: Primero ayuda al niño a establecer una sensación de seguridad y luego enséñale a aprender a pensar desde la perspectiva de los demás.

Los niños aprenden "emociones" a lo largo de su infancia, incluido cómo gestionar sus propias emociones y cómo observar las emociones de los demás. Cuanto más pequeños son los niños, menos experiencia tienen y más dependientes son, por lo que están más comprometidos con la autoprotección, dominantes y enojados. Del mismo modo, los niños mayores se irritan fácilmente si se encuentran en un entorno desconocido.

La velocidad de socialización de cada niño es diferente. Los padres deben ser pacientes y guiar a sus hijos para que aprendan lentamente, y no obligarlos a compartir ni presionarlos. Los niños necesitan sentirse seguros para aprender a tener empatía y amabilidad.

La cuarta estrategia es establecer una relación positiva entre padres e hijos.

Cuando los niños lloran con frecuencia, los padres tienden a centrarse en afrontar estos conflictos. Cada vez que un niño hace algo malo, los padres lo castigan con más severidad. Como resultado, la relación entre padres e hijos está llena de estas interacciones negativas.

Cuanto más castigo hay, más inseguro e irritable se vuelve el niño, y cuanto más castigo hay, se crea un círculo vicioso.

Presta atención a cuando tu hijo reacciona positivamente. Aprovecha la oportunidad para elogiarlo. No es fácil para los padres mantener la calma ante un niño enojado. Pero recuerde, mantener una relación positiva entre padres e hijos es más importante que enseñar a un "buen niño".

Contramedida 5: No sacrifiques tu salud mental.

Pelear con un niño gruñón también puede resultar estresante para los padres. El temperamento de un niño puede cansar y confundir a los padres y dañar la relación entre padres e hijos. Las emociones negativas son contagiosas. Incluso los bebés más pequeños pueden sentir cuando mamá o papá están de mal humor. Los padres informan que están bajo una gran presión, lo que exacerba los conflictos entre padres e hijos y enoja aún más a sus hijos.

Por eso, también es importante que los padres controlen de vez en cuando su propio estado mental. Cuando se sienta estresado, considere buscar ayuda profesional.