¿Qué es "pobre en el recibidor, rico en la cocina"? ¿Cómo debería entender esto?
“Los pobres miran el recibidor, los ricos miran la cocina” Esta frase es muy razonable e interesante. De hecho, en mi opinión, para ver si una persona es pobre o rica, ¡hay que mirar tanto el vestíbulo como la cocina! ¿Qué ver? La decoración y el mobiliario de las salas son signos externos evidentes de riqueza y pobreza, pero no siempre es así. Porque algunas personas a veces apuestan por la apariencia, que se puede decorar y disfrazar. La cocina es muy real y es una cuestión profundamente arraigada a la hora de juzgar a ricos y pobres.
Porque una persona que vive una vida próspera y tiene tranquilidad no sólo debe prestar atención al completo y avanzado equipamiento de la cocina, sino también al tipo de alimento, al valor nutricional y al equilibrio. En una vida así, la gente suele lucir radiante y enérgica. Este tipo de estado mental brilla de adentro hacia afuera y no puede disfrazarse artificialmente. Y aquellos que trabajan duro todos los días y viven en la pobreza, incluso si pueden expresar expresiones faciales y ordenar el salón, no tienen energía ni capacidad extra para gastar en comida y cocina.
¿Solo porque no comen ni beben bien, sus caras están hambrientas y agotadas? Sólo entonces se revelarán los verdaderos sentimientos. ¿traicionar? ¡Él es! Como dice el refrán, úsalo en tu cuerpo y cómelo en tu cara. No seas pretencioso al comer. Que comas bien o no, que te sientas seguro o incómodo al comer, tiene mucho que ver con la riqueza y la pobreza, y también con la actitud y los valores de vida de una persona. Debido a que la comida aún no ha llegado al estómago, las personas primero se comunican consigo mismas en su corazón: ¿Esta comida es descuidada o es algo serio? ¿Es para llenar tu estómago o para los demás? Sólo así la gente podrá sentirse cómoda.
No importa lo ocupado que estés, igual tienes que comer bien y mantenerte regular. ¡La comida vegetariana encarna mejor esta actitud alimentaria!
Al final, también hay una historia sobre el "pobre posador" que hizo reír a todos. Había un erudito pobre, aunque su familia era muy pobre, le encantaba la cara y siempre le gustaba lucirse delante de los demás. Todos los días se limpiaba la boca con un trozo de manteca de cerdo para que le brillara la cara y luego salía y les contaba a los demás la deliciosa comida que comía.
Un día, cuando estaba luciendo frente a su casa, su hijo salió corriendo de la casa y le dijo: "Papá, el gato me robó el aceite de la boca. Papá, el gato me robó ¿El aceite de tu boca?", preguntó el hombre. ¿Por qué tu madre no persiguió a tu hijo? ¿No estás usando mis pantalones?