En una novela gastronómica espacial, el protagonista le promete a un anciano que cuidará de su nieta y luego usa el repollo cultivado en agua en su espacio para hacer bollos al vapor y venderlos. Este es el comienzo.
Es un graduado de una universidad desconocida de tercera categoría y un producto desempleado en el mercado de talentos. Es común que encuentre obstáculos para encontrar trabajo. Olvídalo, deja de ser un trabajador administrativo y empieza a vender bollos al vapor en un puesto, ¿verdad? Qué hermano, la gestión urbana no me deja vender bollos al vapor.
Tuve un accidente automovilístico y accidentalmente agregué a una niña pequeña para cuidar. Qué difícil es. Lo único que puede hacer es luchar contra guerrillas, desarrollar un par de ojos agudos y tomar decisiones según el viento.
¿Es el tosco mango de jadeíta Pixiu enviado por Dios para cambiar el destino? Un pequeño espacio permite al protagonista transformarse en un súper granjero urbano.
Cultiva los mejores ingredientes deliciosos de la tierra, elabora el mejor vino, dirige tiendas de panecillos y restaurantes, abandona el campo, ¿podrás encontrar tu propio pedazo de tierra pura en la ciudad?