Las isoflavonas de soja son muy populares, ¿cuáles son sus efectos comunes?
Eficacia de las isoflavonas de soja
Otro posible mecanismo protector cardiovascular de las isoflavonas de soja es actuar como antioxidante para inhibir la oxidación de las lipoproteínas. Las isoflavonas de soja pueden reducir la peroxidación de lípidos en el cuerpo, inhibiendo así la oxidación de LDL. La actividad antioxidante de la proteína de soja que contiene isoflavonas de soja se probó en 18 estudiantes universitarias de entre 18 y 25 años. Los resultados muestran que la ingesta de proteína de soja que contiene isoflavonas de soja durante 4 semanas puede reducir significativamente los valores de peroxidación lipídica en plasma y aumentar significativamente el nivel general del estado antioxidante en plasma (TAS).
Las isoflavonas pueden activar los receptores de estrógeno, aumentar la actividad de los osteoblastos, promover la producción de factores de crecimiento similares a la insulina, previniendo así la osteoporosis.
A medida que las mujeres envejecen, sus huesos La porosis tiroidea es más común en los hombres que en los hombres. Una encuesta muestra que las mujeres mayores de entre 25 y 30 años padecen osteoporosis grave. La pérdida ósea es rápida en los primeros 10 años después de la menopausia y luego entra en un período de lenta degradación ósea. La falta de hormonas ováricas provoca un recambio metabólico del hueso, lo que provoca un desequilibrio en la formación y resorción ósea, acelerando así la pérdida ósea. Los receptores de estrógeno están presentes en las células intestinales y el estrógeno puede promover directamente la transferencia de calcio y la absorción intestinal de calcio. El estrógeno también puede aumentar la expresión de los receptores de vitamina D en el duodeno y promover la absorción de calcio mediante la regulación de los receptores de vitamina D. Cuando la hormona ovárica es deficiente, la tasa de absorción de calcio en el intestino inevitablemente se reducirá, acelerando así la pérdida ósea.
A principios de los años 90, las isoflavonas de soja fueron reconocidas por los científicos por su eficacia en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis. La inferencia inicial de que las isoflavonas de soja pueden promover la salud ósea se basó en las débiles propiedades estrogénicas de las isoflavonas de soja, cuya estructura molecular es similar a la droga sintética ipeflavona utilizada para tratar la osteoporosis. Las isoflavonas fueron casi tan efectivas como los estrógenos para prevenir la pérdida ósea en ratones ovariectomizados. Las isoflavonas pueden mejorar la absorción intestinal de calcio. Los estudios clínicos han demostrado que los productos de soja ricos en isoflavonas pueden promover la regeneración ósea en la columna lumbar y reducir la pérdida ósea.
Los datos experimentales en animales y humanos muestran que las isoflavonas de soja pueden estimular la formación ósea e inhibir la resorción ósea. Las isoflavonas pueden activar los receptores de estrógeno, aumentar la actividad de los osteoblastos y promover la producción del factor de crecimiento similar a la insulina I (IGF-I). El IGF-I aumenta la actividad de los osteoblastos humanos. Los estudios han confirmado que los niveles de IGF-1 se correlacionan positivamente con la masa ósea en mujeres premenopáusicas, menopáusicas y posmenopáusicas. Un ensayo clínico en 90 mujeres posmenopáusicas de entre 47 y 57 años demostró que la genisteína puede reducir la resorción ósea y aumentar la formación ósea en mujeres posmenopáusicas. Además de los efectos directos de las isoflavonas de soja, reemplazar la proteína animal con proteína de soja que contenga isoflavonas de soja también puede reducir significativamente la excreción de calcio. Estos efectos pueden estar relacionados con los aminoácidos que contienen azufre en la proteína de soja.
Un gran número de estudios han confirmado que las personas que siguen una dieta científica y consumen regularmente alimentos ricos en soja e isoflavonas de soja tienen una incidencia significativamente mayor de cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de colon, osteoporosis, y enfermedades cardiovasculares. Por tanto, los hipocótilos y las isoflavonas de soja naturales tienen un papel muy importante en la promoción de la salud humana.