¿Qué comer en un caluroso día de verano?
A principios de otoño, la falta de apetito en verano mejora gradualmente y la gente comienza a acumular activa o pasivamente grasa otoñal para hacer frente al frío del otoño y el invierno y almacenar energía.
Sin embargo, la función gastrointestinal es débil en verano. El consumo excesivo de alimentos ricos en proteínas, como la carne, aumentará la carga sobre el tracto gastrointestinal y afectará la función gastrointestinal. Después del calor del verano, la diferencia de temperatura entre el día y la noche es grande, hay pocas precipitaciones y la humedad del aire es baja. Las personas son propensas a tener sequedad de boca y nariz, sequedad de garganta, labios quemados y sequedad de boca. Por lo tanto, es posible que desees comer alimentos más hidratantes, como gachas de avena, hongos blancos y peras de otoño.
El otoño es la temporada de cosecha, cuando se recolectan frutas y verduras frescas. Las frutas y verduras frescas son ricas en vitaminas, que pueden eliminar lo antes posible los productos metabólicos producidos por la fatiga en el cuerpo. Además de las peras, las manzanas, los tomates, las naranjas y la caña de azúcar son buenas opciones en esta temporada.
También se debe ingerir más alimentos que contengan potasio, como frutos secos, legumbres, mariscos, etc., para ayudar a mantener la humedad de las células y potenciar su actividad.