El ajo tiene poderosas propiedades bactericidas. No hay necesidad de preocuparse por problemas gastrointestinales.
El ajo no sólo se puede utilizar como condimento, sino que también puede prevenir enfermedades y mantenernos en forma. Puede describirse como un “antibiótico natural”. En el pasado, cuando no había antibióticos, si había pústulas o forúnculos en la herida, el anciano trituraba dientes de ajo y los aplicaba en la zona afectada para lograr el efecto de desinfección y esterilización. La investigación farmacológica moderna ha descubierto que el efecto bactericida del ajo radica en la alicina, que puede inhibir y matar una variedad de cocos, bacilos, hongos y virus. Por lo tanto, se considera una penicilina natural y un antibiótico natural de amplio espectro.
Para aprovechar al máximo el efecto antibacteriano del ajo, intenta utilizar ajo crudo en lugar de ajo cocido. Debido a que la alicina es sensible a la temperatura, cuanto más alta es la temperatura, más rápido se descompone la alicina. Los estudios han encontrado que la alicina en el extracto de ajo es muy estable cuando se almacena a 0°C. Después de 5 días de almacenamiento continuo, el contenido de alicina casi no presenta una disminución significativa. Pero si se coloca en un ambiente de 50 grados centígrados, la alicina desaparecerá casi cada dos días. Es posible que mientras se caliente el ajo, la alicina que contiene se destruya y sus efectos antibacterianos y antivirales también se debiliten.
Comer ajo crudo puede tratar la diarrea viral. Sin embargo, cabe señalar que no se recomienda comer solo ajo crudo durante la diarrea, porque los intestinos son más sensibles en este momento y el ajo tiene ciertas * * * propiedades. Si se come solo, secretará más líquido en los intestinos y empeorará la diarrea. Si se come con gachas de arroz, este efecto secundario puede eliminarse.