¿Cómo debería ser una sala menstrual?
El ambiente menstrual se refiere principalmente al ambiente interior. Si la habitación de la madre y el bebé está desordenada, el aire está sucio y hay ruido, afectará en gran medida la salud física y mental de la madre. El entorno durante la menstruación está estrechamente relacionado con si las madres y los bebés pueden comer bien, dormir bien y mantenerse sanos. No es recomendable vivir en una habitación espaciosa y húmeda. Debido a que la constitución física y la resistencia de la madre son relativamente bajas, la habitación debe estar aislada y ser cómoda. Elija una habitación con mucha luz solar y una buena orientación para sentarse. De esta manera, se puede evitar el sobrecalentamiento en verano y se puede maximizar la luz solar en invierno para mantener el interior cálido. La iluminación del salón debe ser moderadamente brillante y oscura.
Lo mejor es tener varias cortinas y otros objetos que bloqueen la luz para ajustar la luz en cualquier momento. La habitación debe estar bien ventilada y no debe estar cerca de la cocina u otras habitaciones con muchos humos. Durante el periodo de confinamiento, las madres y los bebés pasan casi todo el día en la habitación. Una buena higiene es una forma importante de prevenir enfermedades y mantener la salud. Por lo tanto, el ambiente interior debe quedar muy limpio dos o tres días antes de que la madre regrese a casa. El método específico consiste en mojar o rociar el suelo, los muebles y las paredes en un radio de 2 metros con 3 desinfectantes Lysol (200-300 ml/m) en casa y ventilar bien durante 2 horas. La ropa de cama y los muebles también deben desinfectarse. La luz solar directa durante 5 horas puede lograr el efecto de desinfección. Mantenga el baño limpio e higiénico y elimine con frecuencia la suciedad del inodoro y elimine los olores para evitar contaminar el aire interior. El marido y la familia no deben inhalar olores en la sala de estar. Después de que la madre regrese a casa, preste atención a mantener la temperatura y la humedad interiores adecuadas. En invierno, la temperatura debe mantenerse entre 18 y 25 °C y la humedad entre 30 y 80 °C. En verano, la temperatura debe mantenerse entre 23 y 28 °C y la humedad entre 30 y 60 °C. Se recomienda colocar un instrumento para medir la temperatura y la humedad en la sala de partos.