¿La cerveza fría te rompe más el estómago?
Sin embargo, beber mucha cerveza fría antes de las comidas es muy perjudicial para la salud, especialmente para personas que han hecho mucho ejercicio. La temperatura de la cerveza fría es generalmente entre 20 y 30 grados centígrados más baja que la temperatura del cuerpo humano. El consumo excesivo de cerveza fría puede hacer que la temperatura en el tracto gastrointestinal baje repentinamente, lo que hace que los vasos sanguíneos gastrointestinales se contraigan y reduzcan rápidamente. El flujo sanguíneo, causando así disfunción fisiológica, y afecta la digestión y absorción de nutrientes en los alimentos. Al mismo tiempo, beber demasiada cerveza fría puede reducir en gran medida la secreción de ácido gástrico, pepsina, amilasa y lipasa del intestino delgado en el cuerpo, lo que fácilmente puede provocar trastornos digestivos. Además, beber demasiada cerveza fría también provocará que la mucosa local del tracto gastrointestinal sea estimulada por el sobreenfriamiento, lo que acelerará la peristalsis y provocará trastornos del movimiento. Con el tiempo, pueden producirse dolor abdominal regular y diarrea. En segundo lugar, beber una gran cantidad de cerveza fría también dificultará las comidas normales y la digestión y absorción normales de los alimentos humanos, y también puede provocar una disminución del apetito, lo que resultará en una falta de energía y nutrientes en el cuerpo humano. Por tanto, es mejor beber menos cerveza fría antes de las comidas. Si tienes que beberlo, debes hacerlo con moderación, preferiblemente media botella o no más de una botella. Para las personas que acaban de hacer mucho ejercicio, beban lentamente después de un breve descanso para evitar dañar el cuerpo.