Se dice que el vino se puede elaborar sin prensar. ¿Es verdad?
Uno: Corta las uvas una a una con unas tijeras, recoge las uvas malas y tíralas, luego lávalas con agua y sécalas.
Dos: Tritura unas cuantas uvas a la vez y ponlas en un tarro limpio (un tarro más grande también sirve), llénalo dos tercios y deja un tercio del espacio.
Tres: La uva fermenta de forma natural en tinaja durante una semana. La piel de las uvas se hinchará como papilla cocida después de la fermentación, por lo que no se deben llenar demasiado los frascos.
Cuarto: Pasada una semana, filtrar las uvas fermentadas con un paño limpio y separar los hollejos y el corazón de las uvas, dejando sólo el mosto.
Cinco: Después de que el jugo de uva se haya asentado durante una semana, habrá una capa gruesa de almidón de uva debajo del frasco. Primero saca la parte fría de arriba, dóblala con un paño y luego filtra el resto. El almidón debe filtrarse, de lo contrario el vino elaborado quedará muy turbio. Cuatro o cinco pasos son más problemáticos y requieren suficiente paciencia.
6. Poner el jugo de uva filtrado en un frasco en la proporción de 10 kilogramos de uvas y 1 kilogramo de azúcar de roca, batir los huevos, verter solo las claras, ponerlas en el frasco. y utiliza una bolsa de plástico y una goma elástica. Sella la boca del frasco, guárdalo herméticamente y bébelo después de tres meses. La cantidad de azúcar se puede ajustar según tu propio gusto.