¿Por qué no se puede regalar té en el mundo?
En el té amargo pero dulce, puedes entender la esencia y filosofía de la vida.
Té dijo: Soy un vaso de agua, y lo que te doy es sólo tu imaginación. Lo que piensas eres tú. ¡El corazón es té, el té es el corazón!
Té, la primera amargura es la vida, la segunda dulzura es el amor, y la tercera luz es la brisa. - Sanmao
El té tiene seis partes principales en la rueda del karma: tranquilidad en la tierra, crecimiento en la madera, muerte en la olla, encontrar a alguien que entienda el té, nacimiento en el agua y nirvana en el olla, y quédate en mi corazón al final.
El aroma del té es tan famoso como el aroma de los libros y la tinta (conocidos como los "tres aromas"), y es la encarnación del espíritu social de elegancia, tranquilidad y armonía.
El té tiene Zen, y el té tiene Zen.
La ceremonia del té presta atención a la belleza de los cinco reinos: té, té, temperatura, juegos de té y medio ambiente.
Mirar el mundo con té y pasar la primavera y el otoño juntos con té.
El sabor del té, en general, es amargo o dulce, fuerte o ligero, entrelazados, haciendo que la gente se sienta tranquila, inolvidable y ríase de todas las tormentas.
La temperatura del agua determina sus altibajos. Las hojas de té flotan en el agua sin altibajos. ¿Cómo huele? El té preparado con agua hirviendo impacta las hojas de té una y otra vez. Las hojas de té flotan y se hunden, expulsando la belleza de la lluvia primaveral, el sol abrasador del verano, el suave viento del otoño y el frescor de las heladas invernales. Hay miles de sabores para preparar una buena taza de té.
En una taza de té, cada pieza de té no es importante, porque sin una sola pieza, sigue siendo una taza de té. Sin embargo, cada pieza de té también es importante, porque cada gota de fragancia contiene la esencia de cada pieza de té.
Cuando se echa un trozo de té en la tetera, se olvida. Cuando a un bebedor le gusta una taza de té, no apreciará solo un trozo de té. Un trozo de té no busca ser famoso en el mundo. Este es un corazón puro. No busca méritos ni bendiciones, sino que dedica su fragancia de todo corazón.