Red de conocimiento de recetas - Recetas de frutas - Un ensayo de 350 palabras titulado "No soy feliz"

Un ensayo de 350 palabras titulado "No soy feliz"

Recuerdo el cumpleaños de mi madre el año pasado. Fue el día más feliz para mí.

Tan pronto como me levanté por la mañana, olí el aroma de las verduras. ¡Oh, resultó ser el cumpleaños de mi madre y mi padre estaba cocinando! Mamá está trabajando en el turno de día hoy, ¡así que no debe saber que estamos celebrando su cumpleaños! Pensando en esto, sonreí feliz.

¿Qué regalo deberías comprarle a tu madre? ¡Compra un pastel grande! Llegué a la pastelería y compré un pastel grande con el dinero de Año Nuevo que había ahorrado durante mucho tiempo. ¡Pero eso no es suficiente! Inmediatamente se me ocurrió un plan: ¡hacer un plato de frutas! Saqué la fruta y el plato, me senté sobre él con cuidado, primero arreglé un círculo grande con dátiles rojos a lo largo del borde del plato, luego pelé las naranjas y las coloqué una a una en el círculo interior del círculo de dátiles rojos, también formando un círculo. Luego, corta las manzanas en trozos, colócalas en círculo y agrega algunas frutas deliciosas, ¡y listo! De esta forma, los frutos quedan dispuestos en círculo, lo cual resulta bonito y práctico de "comer", ¡matando dos pájaros de un tiro! Puse un plato de frutas y un plato con agua tibia en la silla y escribí una pequeña nota: ¡Por favor, lávate las manos antes de comer!

En ese momento, papá ya había preparado la comida y la había servido en la mesa. Ahora sólo me falta apagar las luces y esperar tranquilamente a que vuelva mi madre. Acabo de apagar la luz y escuché un sonido metálico en la puerta. ¡Mamá ha vuelto! Mi papá y yo inmediatamente nos escondimos detrás del sofá. En menos de un segundo escuchamos a mamá cambiarse de zapatos, luego vio la nota y comenzó a lavarse las manos. Me levanté, encendí la luz y canté "Feliz cumpleaños" con mi papá. Mamá quedó impactada por la sorpresa. Estaba sentada en el sofá, probando el plato de frutas que preparé. Teníamos una caja grande de delicioso pastel de arroz. Mamá gritó: "¡Estoy llena!" Al decir eso, dio un eructo "increíble". Todos nos reímos, tan alegremente, tan inocentemente...

Ese día, no sólo estaba orgulloso de mi "artesanía", ¡sino también feliz por la sonrisa tan brillante de mi madre!