¿Cuál es el valor para el consumidor más “extraño” que jamás hayas visto?
Una de mis amigas tiene un novio genial que es adicto a las zapatillas. Cada vez que voy de compras durante dos horas, puedo comprar un conjunto de ropa y probarme la ropa y los pantalones. El resto del tiempo lo paso preguntándome qué par de zapatos vi hace unos días, tratando de averiguar qué par. Los zapatos son bonitos y finalmente estoy pensando en comprar unos caros. Me siento muy feliz y súper genial. Lo que no podía soportar era que, para conseguir un par de dinero limitado, hiciera cola somnolienta bajo el viento frío temprano en la mañana. No puedo creer que una persona que nunca ha sido ahorrativa e incluso dudó en comer comida para llevar durante mucho tiempo esté tan dispuesta a renunciar a las zapatillas de deporte después de usar camisetas durante varios años.