También puede encontrar algunos inconvenientes al comprar cortinas. ¿Los ha encontrado?
Ésta también es la trampa más fácil de evitar. Cuando estés en casa, mide primero la talla para no dejarte engañar. El ancho de la cortina es generalmente 20 cm más ancho que la ventana en ambos lados y el largo es 20 cm más bajo que el alféizar de la ventana o de 5 a 10 cm más alto que el suelo. Esta es la mayor parte del costo. No escuches a los comerciantes. Agrega una cuenta aquí, agrega un fleco allí, sin mencionar el aumento del costo, te arrepentirás cuando lo limpies y laves en el futuro. Mantenlo lo más simple posible. Está bien agregar algunas borlas. Es mejor no agregar adornos superfluos a otras decoraciones.
Estas cuentas todavía tienen que ser calculadas por tu cuenta, por lo que debes preguntar claramente en la tienda al comprar. No solo debes elegir el largo y el estilo de la tela, sino que también debes preguntar si hay cuentas. u otros detalles sobre él, de lo contrario, si alguien más lo hace, le costará cientos de dólares más en el futuro. En términos de ancho aproximado, debe ser unos 20 cm más ancho que ambos lados de la ventana. En términos de largo, debe ser 20 cm más bajo que el alféizar de la ventana y la distancia más larga debe ser de unos 5 a 10 cm del suelo. . La mayoría de las telas para cortinas miden 2,8 metros de largo y el vendedor no te lo dirá a menos que lo solicites. Así que si no necesitas tanta longitud, puedes llevarte la tela a casa y hacer otros textiles para el hogar tú mismo. Si lo quieres, el comerciante no te lo dará.
El pliegue múltiple generalmente es 2 veces el más adecuado. Para vender más telas, algunos comerciantes recomendarán 2,5 veces o 3 veces. De hecho, ¡2 veces es la presentación más apropiada y hermosa! Si el presupuesto es ajustado, el mínimo no debería ser inferior a 1,5 veces.
El efecto no es malo. Algunas telas japonesas también lo hacen 1,5 veces, lo cual es un algoritmo económico. Sin embargo, pocas personas comprueban el tamaño después de recibir la mercancía, lo que facilita que los comerciantes aprovechen las lagunas jurídicas. Por ejemplo, algunos comerciantes prometen pagar la factura basándose en el tamaño real medido multiplicado por la proporción de pliegues correspondiente, pero descubren que el tamaño de las cortinas se ha reducido después de fabricarlas. En este momento, el comerciante utilizará excusas como dobladillo, pérdida y error para explicar. . .