Al hacer galletas de arándanos, ¿por qué todo se deshace cuando la masa se congela? ¿Cómo solucionar este problema?
Cortar demasiado lento: Introducir las galletas en el frigorífico hasta que estén completamente duras. Una vez descongeladas, sacarlas y cortarlas en rodajas hasta que se puedan cortar con un cuchillo. De lo contrario, la humedad del aire se adherirá fácilmente y formará agua de condensación, lo que provocará que las galletas se derritan. Mal transporte de aceite y azúcar: Cuando se transporta el aceite y el azúcar, deben estar blancos y esponjosos antes de pasar al siguiente paso. De lo contrario, el aceite y el azúcar no se transportarán al lugar, la estructura de la galleta quedará demasiado apretada, no habrá suficiente aire en la masa y las galletas no se expandirán durante el horneado, lo que resultará en galletas de mala calidad. No lo dejes a temperatura ambiente por mucho tiempo, especialmente si contiene ingredientes duros como pasas, arándanos secos y almendras.
Debido a que los ingredientes duros son difíciles de separar, si la masa está demasiado blanda, se romperá al cortar. Al hacer galletas, se agrega azúcar en polvo para mantener clara la textura de la superficie de las galletas. Se recomienda no utilizar azúcar fina en lugar de azúcar en polvo. El azúcar en polvo se derrite fácilmente durante la preparación, lo que lo hace popular entre los panaderos. Si estás usando azúcar fina o gruesa, debes revolver bien el azúcar hasta que se disuelva antes de continuar con el siguiente paso. Por lo tanto, en comparación con otros, el azúcar en polvo es más cómodo y rápido de usar, y el sabor será más delicado.
Pique los ingredientes duros como las pasas y los arándanos secos en trozos pequeños antes de agregarlos; las frutas secas como las pasas deben remojarse en agua o ron durante 1 hora antes de usarlas. Drene el agua superficial antes de usar. La solución es picar estos ingredientes duros lo más pequeños posible antes de agregarlos; las frutas secas, como las pasas, se deben remojar en agua o ron durante 1 hora antes de usarlas. Drene el agua superficial antes de su uso. Además, un cuchillo afilado es clave para un buen corte. Trate de mantener constante el grosor de cada galleta. Cuanto más finas sean, mejor, lo que será más fácil de hornear y ahorrará tiempo. Las galletas finas quedarán más crujientes después de hornearlas y enfriarlas.