¿Cuál es la diferencia entre la leche baja en grasa y la leche entera?
El contenido de grasa de la leche entera es 3,0, que es el más alto entre muchas variedades de leche. Por eso su sabor es el mejor, pero no se deben subestimar las calorías.
De hecho, la leche contiene muchas vitaminas, entre las que las vitaminas liposolubles A, D, E y K están escondidas en la grasa de la leche. Si se elimina la grasa de la leche, estas vitaminas se perderán, lo que va en detrimento del crecimiento y desarrollo de los niños. Por tanto, la leche entera en polvo es muy adecuada para que la beban los niños y tiene excelentes efectos.
El contenido de grasa de la leche baja en grasa es aproximadamente la mitad que el de la leche fresca normal. Es adecuado para pacientes diabéticos que necesitan controlar su dieta. También lo pueden tomar bebés y niños pequeños con mala capacidad digestiva o diarrea. Sin embargo, debido a su bajo contenido en grasas, no es adecuado para la alimentación prolongada de bebés, ya que de lo contrario puede provocar desnutrición debido a un suministro insuficiente de energía.
La leche fresca contiene alrededor de 3,8 de grasa. Para las personas sanas, especialmente los adultos, el estándar de una dieta saludable no es sólo no crear un exceso de calorías, sino también reducir la ingesta de grasas. Por lo tanto, a la variedad de leche se le han añadido leches bajas en grasa y otras variedades. Por lo tanto, las personas que necesitan limitar el consumo de grasas y mantenerse en forma suelen optar por beber leche baja en grasa.
En general, la población general puede beber leche entera, porque contiene todos los ingredientes de la leche y tiene el mejor sabor, especialmente indicada para niños, adolescentes, embarazadas, etc. Además, para las personas que tienen una deficiencia extrema de nutrientes, beber leche entera es la mejor opción.
La leche desnatada es adecuada para personas obesas, personas con hiperlipidemia, enfermedades cardiovasculares, diarreas grasas y otras personas que necesitan una dieta baja en grasas, así como personas que beben más leche. También lo pueden tomar bebés con digestión débil o diarrea. Debido a su bajo contenido en grasas, no es adecuado para la alimentación a largo plazo de bebés y niños pequeños, ya que de lo contrario puede provocar desnutrición debido a un suministro insuficiente de energía. Se recomienda que los niños beban leche descremada después de los 2 años.