El segundo volumen del idioma chino para el tercer grado.
Las combinaciones de palabras de caracteres chinos en el segundo volumen del idioma chino de tercer grado son las siguientes:
Bi: debe, necesario; Hu: aleatorio, barba Can: brillante, brillante; Qi: Xiaoqi, 骠 Montar; segundos: cuenta regresiva, cronómetro; feroz: feroz, feroz: repentino, valiente, etc.
El texto original de Huo Shaoyun en el segundo volumen del idioma chino de tercer grado es el siguiente:
Después de la cena, apareció Huo Shaoyun. Los rayos de luz hicieron que la cara del niño se pusiera roja. El gran perro blanco se puso rojo. El gallo rojo se volvió dorado. La gallina negra se volvió palo de rosa. El anciano que estaba alimentando a los cerdos estaba apoyado contra la pared, sonriendo mientras veía a sus dos cerditos blancos convertirse en cerditos dorados. Estaba a punto de decir: "Tú también has cambiado...", un hombre que caminaba a su lado le dijo: "Debes vivir una larga vida, siempre tendrás una barba dorada".
Nubes en el cielo El oeste ardía hasta el este, y estaba rojo, como si el cielo estuviera en llamas. Las nubes de fuego en este lugar cambian mucho, a veces son rojas, a veces son doradas, a veces son mitad moradas y mitad amarillas, y a veces son mitad grises y mitad lirios. Gris uva, amarillo pera, violeta berenjena, estos colores están disponibles en el cielo. También hay colores que no se pueden describir ni ver.
Al cabo de un rato, apareció un caballo en el cielo, con la cabeza mirando al sur y la cola al oeste. El caballo estaba arrodillado, como si estuviera esperando a que alguien montara sobre su lomo antes de levantarse. Después de dos o tres segundos, el caballo creció, sus patas se estiraron, su cuello se alargó, pero su cola desapareció. El espectador busca la cola del caballo y el caballo se vuelve borroso.
De repente vino otro perro grande. El perro era muy feroz, corría hacia adelante y parecía ser seguido por varios cachorros. Mientras corría, el cachorro desapareció sin saber dónde estaba, y el perro grande también desapareció. Luego vino otro león grande, que era exactamente igual al león de piedra frente al templo. También era igual de grande y agachado, muy poderoso y tranquilo. Pero cambió en un abrir y cerrar de ojos y ya no se pudo encontrar.
Por un momento, aturdido, el cielo se veía así y aquello, pero en realidad no parecían nada, y no se podía ver nada con claridad. Debes bajar la cabeza, frotarte los ojos y calmarte un rato antes de volver a leer. Pero el cielo no espera a aquellos niños a los que les gusta. Después de un rato, la nube de fuego disminuyó.