Composición de las vacaciones de invierno para el tercer año de la escuela secundaria: cómo se siente mirar dulces de frutas.
La historia cuenta la historia de un niño que vivía en una zona montañosa pobre y que recibió un dulce de frutas que era más dulce que el maíz tierno. Cuando se produjo el terremoto, se convirtió en el único superviviente del pueblo.
Se aferró a los dulces de frutas que eran difíciles de encontrar entre las ruinas. Se aferró a esa creencia: la creencia de vivir. Era este dulce de frutas el que sustentaba su vida material y espiritual. Aunque el caramelo de frutas en ese momento estaba un poco derretido y un poco pegajoso, fue una pajita que le salvó la vida y le hizo olvidar el tiempo, la oscuridad y el miedo. Es como un rayo de luz en la larga noche, pero es suficiente para calentar y emocionar a las personas, y así animarlas a no tener miedo de nada. En ese momento, cuando vio la esperanza de vida, estaba decidido a no darse por vencido.
Esto me recuerda otra historia: un viajero se encontró con una tormenta de arena en el desierto y perdió comida y agua preciosa. Pero también encontró una manzana verde. No comió. Continuó caminando, pensando: "Todavía tengo una manzana, todavía tengo una manzana..." Finalmente, salió, pero la manzana verde que tenía en la mano estaba arrugada. Esta manzana ofrece a los viajeros un salvavidas. Su espíritu es como tener cientos de manzanas. Aunque la manzana esté seca, tiene un significado precioso, haciendo pensar a los viajeros que saldrán porque han vislumbrado la "primavera continua".
Por la fe, hay muchos más fuegos de esperanza en el mundo; por la fe, el "camino" en el mundo es menos accidentado, por la fe, el "maratón" en el mundo puede volverse; una carrera de 100 metros; por la fe, "No hay duda de que no hay salida" para convertirse en "otro pueblo con un futuro brillante"...
¡Cree en ti mismo! ¡Haz tu vida menos imposible y más "yo puedo", para que tu vida sea más emocionante, hermosa, armoniosa y feliz! Deja que mi fe fuerte crezca conmigo.