¿Por qué beber vino tinto con moderación es bueno para el corazón?
El resveratrol en el vino tinto requiere beber 60 litros de vino tinto cada día para que tenga efecto en el cuerpo humano. El resveratrol puede ser la sustancia clave del vino tinto, ya que ayuda a proteger los vasos sanguíneos del daño, reduce el colesterol malo y previene la formación de coágulos sanguíneos. Aumenta el riesgo de hipertensión, hipertrigliceridemia, daño hepático y obesidad. El alcohol está estrechamente relacionado con muchos cánceres, como el de esófago, recto y mama. El consumo excesivo de alcohol a menudo conduce a una miocardiopatía.
Las personas con insuficiencia cardíaca o mala función cardíaca, las personas que toman aspirina todos los días y las mujeres embarazadas no deben beber alcohol. No espere beber alcohol para tratar enfermedades cardiovasculares. El consumo debe hacerse con moderación. Al fin y al cabo, el vino es vino. Esto es lo que se dice. El agua puede arrastrar un barco, pero también puede volcarlo. Aunque el contenido de alcohol no es tan alto como el de los licores fuertes, si bebe demasiado o durante demasiado tiempo, también hará que el cuerpo absorba demasiado alcohol. Cuando el hígado está sobrecargado, las toxinas que no pueden excretarse del cuerpo se acumulan día tras día, provocando una disminución en la función de otros órganos e incluso cirrosis del hígado.
De media, los hombres de mediana edad beben unos 100-150 ml y 2-3 onzas al día, y las mujeres pueden reducirlo por sí mismas. Se debe evitar beber alcohol con el estómago vacío. Lo mejor es comer y beber al mismo tiempo. Esto puede aumentar el apetito, ayudar a la digestión y reducir la absorción de alcohol; la tasa de absorción también será más lenta, lo que favorece la función activa de eliminación de oxígeno del vino. Beber vino tinto con moderación puede prevenir enfermedades cardíacas, pero no te excedas, ya que el alcohol también puede volverse adictivo o provocar otros problemas de salud más graves. El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de hipertensión arterial, niveles elevados de azúcar en sangre, daño hepático, obesidad, ciertos cánceres, accidentes y otros problemas.