¿Se puede curar completamente la hepatitis C?
La hepatitis C, denominada hepatitis C o hepatitis C, es una hepatitis viral causada por la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) y se transmite principalmente a través de transfusiones de sangre, acupuntura, consumo de drogas, etc. Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, la tasa mundial de infección por VHC es de aproximadamente el 3%. Se estima que alrededor de 65.438+8 mil millones de personas están infectadas por el VHC y hay alrededor de 35.000 nuevos casos de hepatitis C cada año. La hepatitis C es una epidemia global que puede causar inflamación crónica, necrosis y fibrosis del hígado, y algunos pacientes pueden desarrollar cirrosis o incluso carcinoma hepatocelular (CHC). En los próximos 20 años seguirá aumentando la tasa de mortalidad relacionada con la infección por VHC (muertes causadas por insuficiencia hepática y carcinoma hepatocelular), lo que resulta extremadamente perjudicial para la salud y la vida de los pacientes y se ha convertido en un grave problema social y de salud pública.
El periodo de incubación de la hepatitis C es de 2 semanas a 6 meses. El VHC generalmente se puede detectar en una persona infectada entre 1 y 2 semanas después de la infección. Los síntomas clínicos son generalmente leves y son más comunes la infección latente y la hepatitis C crónica asintomática. Del 40% al 75% de los pacientes con hepatitis C aguda son asintomáticos; las manifestaciones clínicas de la hepatitis C crónica dependen de la gravedad de la enfermedad y pueden progresar a cirrosis y cáncer de hígado.
El tratamiento antiviral es el único método de tratamiento eficaz actualmente, los fármacos antivirales orales directos pueden alcanzar una tasa de eliminación del virus del 95%.
Aquellos con síntomas evidentes e ictericia necesitan descansar y pueden hacer ejercicio adecuadamente durante el período de recuperación. Generalmente no es necesario el aislamiento, pero sí se debe controlar diariamente la evolución de la enfermedad, como la temperatura corporal, la respiración, la ictericia, la función hepática, etc.
La dieta debe ser lo más ligera y fácil de digerir posible y no grasosa. Se recomienda comer adecuadamente alimentos ricos en proteínas, bajos en grasas y ricos en vitaminas, pero no exagerar la nutrición alta para evitar el hígado graso.
. Si las calorías son insuficientes, se debe infundir una solución de glucosa por vía intravenosa para asegurar el suministro de energía.
Aproximadamente entre el 20% y el 50% de los pacientes con hepatitis C aguda pueden eliminar el virus de forma espontánea, principalmente en 3 meses. El pronóstico de la hepatitis C crónica está relacionado con la eliminación del virus. Si el virus persiste, se puede desarrollar cirrosis hepática.
Y riesgo de cáncer de hígado
. Cuando se desarrolla cirrosis hepática, es probable que se produzcan descompensaciones como ascitis, hemorragia por varices esofágicas y gástricas y carcinoma hepatocelular. Después de la infección por hepatitis C, el virus antihepatitis C en el cuerpo no es un anticuerpo protector y la enfermedad puede reaparecer después de la recuperación.