Cómo conservar el té blanco
1. Almacenar a temperatura ambiente
El té blanco no necesita refrigeración y se puede transformar normalmente a temperatura ambiente. Es imposible acelerar la transformación del té blanco aumentando la temperatura, porque las altas temperaturas destruirán la actividad de los ingredientes del té y provocarán que el té se deteriore.
2. Almacenar alejado de la luz
La luz oxidará y oscurecerá las hojas de té y, al mismo tiempo, descompondrá los ingredientes activos de las hojas de té, afectando el sabor.
3. Almacenamiento en seco
Solo las hojas de té que estén lo suficientemente secas se pueden almacenar durante mucho tiempo sin que se deterioren. Una vez que las hojas de té se humedecen, son propensas a enmohecerse y deteriorarse. Al almacenar té blanco, evite tocar el suelo y el techo, de lo contrario absorberá fácilmente la humedad.
4. Almacenamiento sin olores
El té absorbe fácilmente los olores, así que evite el contacto con artículos con olores fuertes.
5. Selección de utensilios
El té blanco se puede almacenar en latas de metal o de cerámica, pero deben estar bien selladas para evitar que absorban humedad y olores.
Si se almacena correctamente, el discreto té blanco que compró al principio se convertirá en unos años en un viejo té blanco listo para consumir, lleno de beneficios para el cuidado de la salud, que es más valioso que la leche.