Ejemplos de invasores biológicos. ¡vamos!
En 1961, un europeo regaló una bolsa de semillas de "Mykonia" a un jardín botánico de Hawaii. 'Mykonia' crece vigorosamente y se reproduce rápidamente. Pronto, "Mykonia" se vendió a viveros y se convirtió en una planta ornamental muy popular en la isla de Hawaii.
Pero nadie descubrió en ese momento que "Mykonia" era una planta muy destructiva, y que su llegada traería enormes cambios a la tierra.
Los expertos señalan que aunque el crecimiento de las plantas parece pacífico y poco controvertido, en realidad, el mundo de las plantas, al igual que el reino animal, está lleno de luchas entre tú y yo. Las plantas con una gran capacidad de supervivencia tienden a robar y destruir los recursos de supervivencia de otras plantas.
Merconia es uno de ellos. Otra criatura alienígena, el pájaro bordado de color verde oscuro procedente de Japón, se convirtió sin querer en "cómplice" de Maconia. Al pájaro bordado de color verde oscuro le gusta mucho comer los frutos de Mykonia. Aunque los frutos de esta planta son muy pequeños, cada fruto contiene cientos de semillas. Después de comer la fruta, el pájaro bordado de color verde oscuro se convierte en sembrador voluntario. Vuelan libremente por la selva, esparciendo sus semillas no digeridas en todas direcciones.
Debido a que no hay enemigos naturales en la makania hawaiana, pero hay temperaturas adecuadas, suelo fértil, suficiente luz solar y agua, cada planta puede estirarse completamente a voluntad, absorber agua y ocupar el espacio. En poco más de 40 años, el área de cobertura de "Mykonia" en la Isla Grande de Hawaii ha alcanzado los 10.000 acres, o aproximadamente 4.000 hectáreas. Las plantas altas y rectas de "Mykonia" son como paraguas verdes. A su sombra, las relativamente pequeñas plantas nativas de Hawái se marchitan y mueren porque no reciben suficiente luz solar, agua y nutrientes. Fueron estas plantas nativas las que originalmente fueron utilizadas por los nativos para preservar la preciosa agua dulce de las islas hawaianas y para alimentar a los diversos animales que las comen. Lo que es aún más alarmante es que la disminución de la viabilidad de las plantas enanas también ha provocado que el suelo del bosque esté cada vez más suelto, lo que en cualquier momento está en peligro de sufrir deslizamientos de tierra. Ante una vitalidad tan tenaz y un poder destructivo irresistible, los biólogos lo comparan con el "cáncer verde".