Red de conocimiento de recetas - Recetas completas - ¿Qué hacer con los bollos al vapor con piel fina y rellenos grandes?

¿Qué hacer con los bollos al vapor con piel fina y rellenos grandes?

1. Agregue la levadura y el azúcar al agua tibia. Al añadir agua reservar unos 5 gramos. Al fin y al cabo, la absorción de agua de cada tipo de harina es diferente. Se recomienda dejar un poco y añadir suficiente.

2. Utiliza agua tibia para sacarificar la levadura y déjala reposar durante diez minutos. El principio de elegir agua tibia es no quemarse las manos. Después de ajustar la temperatura del agua, agregue la levadura y el azúcar. Recuerda, la temperatura del agua es muy importante. Si es demasiado alto, la levadura se quemará hasta morir y no se cocinará. Si es demasiado bajo, la levadura no podrá activarse para lograr la fermentación.

3. Vierta la harina y la leche en polvo en la levadura derretida. Si no usa tostadora, debe agregarla y revolverla con palillos. Luego amase la masa repetidamente con las manos, según el principio de las tres luces. ¿Cuáles son las "tres luces"? "lámpara de rostro, lámpara de mano y lámpara de lavabo".

4. Una vez amasada la masa, cúbrela con un paño húmedo o film transparente y déjala reposar en un lugar relativamente cálido. Recuerda que la masa amasada debe conservarse en un lugar cálido y húmedo. Si es invierno se recomienda colocarlo en un lugar soleado. Eso sí, recuerda no exponerla a la luz solar directa para evitar que la masa se agriete.

5. Cuando la masa haya duplicado su tamaño y se puedan llenar claramente de burbujas y hoyuelos al rasgarla con las manos, la masa estará básicamente completa.

6. Espolvorear harina seca sobre la tabla, sacar la masa fermentada y amasar vigorosamente hasta que la superficie de la masa quede lisa. El proceso de amasar la masa no llevará mucho tiempo, pero sí requiere paciencia. Cuanto más blanda esté la masa, más fácil será envolverla después. ¿Cómo saber la suavidad de la masa? Puedes tocarte los lóbulos de las orejas. ¡Casi se siente así! Comprobar si la masa fermentada está bien amasada. Además del tacto, hay otra cosa a la que prestar atención, que es abrirlo y ver si hay burbujas en su interior.