Contar la comida en el "acelerador de edad" te hace cada vez más feo.
Comida salada. Comer sal de sodio estándar en alimentos salados puede causar fácilmente presión arterial alta, edema y otros problemas. Además de utilizar menos sal a la hora de cocinar, también debes prestar atención a algunos alimentos procesados, como la carne enlatada, el tocino, etc. Rana Hirsch, expresidenta de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Cosmética, señaló que los alimentos enlatados y otros procesados añaden grandes cantidades de sodio para conservar la frescura y conservarlos.
Carne quemada. A mucha gente le gusta comer cerveza y hacer barbacoas. Es cierto que la barbacoa puede aumentar mucho el apetito de las personas, pero al comer barbacoa, debes prestar atención a la parte negra quemada de la barbacoa. Esta parte contiene hidrocarburos proinflamatorios que destruirán el colágeno de la piel. No lo comas.
Té con leche. A muchas personas les gusta agregar leche cuando beben té negro para que el sabor sea más suave y grasoso y reducir la astringencia. Pero el té negro en sí es una bebida saludable, rica en taninos y con efectos antioxidantes. La caseína de la leche reducirá el efecto de los taninos, lo que no favorece el envejecimiento.
Comida cocinada. Las carnes frías, como las salchichas y el cerdo ahumado, contienen nitritos y otros conservantes, que pueden provocar fácilmente diversas inflamaciones y acelerar el envejecimiento de la piel. Los médicos recomiendan que las comidas cocinadas se combinen con suficientes verduras.
Alcohol. Un hígado sano debe descomponer adecuadamente las toxinas y mantener una piel sana. Beber demasiado alcohol afectará la función del hígado, provocará la acumulación de toxinas en el cuerpo y afectará la piel, provocando arrugas, acné, flacidez de la piel y otros problemas. Un estudio de la Universidad Case Western Reserve también demostró que el alcohol puede provocar deshidratación y alterar el sueño.
Dulces. Demasiada azúcar puede provocar "glicación", que destruye el colágeno de la piel y provoca flacidez. Y comer demasiada azúcar puede hacer que las bacterias bucales se multipliquen y dañen los dientes.