Una mujer de Hangzhou dio una mala crítica a una comida para llevar con dolor abdominal y el dueño de la tienda respondió: "Hazlo bien y disfrútalo". ¿Por qué la tienda respondió así?
En primer lugar, el gerente de la tienda no se dio cuenta de su error. Elude ciegamente la responsabilidad porque no ve la verdadera reacción de los clientes. Después de ver los comentarios de los clientes, sintió que sus compañeros se hacían pasar por clientes para desacreditarlo. El primer intento del comerciante no fue salvar al cliente, sino refutar su propia relación con el asunto. No quería resolver el problema en absoluto, pero quería negarlo.
En segundo lugar, esta empresa no ha implementado el concepto de que los clientes son Dios en la vida real. Luego de que el cliente se quejó, el comerciante no supo la verdad del asunto porque no prestó atención a sus clientes y no prestó atención a los problemas de salud de sus clientes. Lo que le importa es el impacto negativo que este incidente ha tenido en él mismo, y no le importa el problema que su dieta poco saludable causará a la salud de sus clientes. De esta pregunta se puede ver que este hombre de negocios es un hombre de negocios de principio a fin y no tiene ningún fundamento moral básico. Por eso no es de extrañar que dijera esto.
Por último, este comerciante es un comerciante muy irresponsable. En el comportamiento de este empresario se nos muestra un empresario egoísta. Suelen centrarse en sus propios intereses, independientemente de los sentimientos de los clientes y de los demás. No intentes esperar demasiado de ellos. Todo lo que hacen es, en última instancia, con fines de lucro. No dudarán en refutar y atacar a quienes perjudican sus intereses.
En definitiva, el comportamiento de este comerciante no sólo refleja su arrogancia como comerciante, sino que también refleja su irresponsabilidad hacia la mayoría de usuarios. No se toman en serio la salud de sus clientes ni sus reacciones. Su comportamiento es completamente el comportamiento de un hombre de negocios turbio. La razón por la que se juega con él y se lo aprecia también proviene de la arrogancia de los comerciantes.