¿La historia de la papaya?
La papaya es deliciosa y rica en hidratos de carbono. Además, también contiene una variedad de vitaminas, oligoelementos, pectina, flavonoides, celulosa y otros nutrientes.
El contenido de vitamina C en la papaya es muy elevado. Los adultos pueden satisfacer sus necesidades de vitamina C comiendo 100 g de papaya (aproximadamente la mitad de una papaya mediana) todos los días. La vitamina E de la papaya ayuda a eliminar los desechos del cuerpo y mantiene el colesterol en niveles normales. El ácido oleanólico de la papaya tiene efectos hepatoprotectores, reductores de enzimas y de lípidos en sangre. También tiene un fuerte efecto inhibidor sobre Staphylococcus aureus, disentería por Shigella y células cancerosas.
El hierro y el zinc de la papaya también son muy útiles. El hierro es un componente importante de la hemoglobina en los glóbulos rojos. La ingesta adecuada de hierro en la dieta puede prevenir la anemia por deficiencia de hierro. El zinc desempeña un papel determinado en la promoción de la salud reproductiva masculina.
La papaína se encuentra en la leche de papaya. El contenido es mayor en las papayas verdes, aproximadamente el doble que en las maduras. La papaína es una cisteína proteasa que puede ayudar al cuerpo a descomponer las proteínas de la carne y, hasta cierto punto, también puede matar algunas bacterias y lombrices intestinales en el cuerpo humano.
Me gustaría recordarles a todos que comer una pequeña cantidad de papaya después de las comidas puede ayudar a los intestinos a digerir la carne difícil de absorber y tiene un efecto significativo en la prevención de úlceras gástricas, gastroenteritis e indigestión. Pero cabe señalar que esta enzima pierde su efecto cuando se expone a altas temperaturas.