Mamá, eres increíble.
Cuando tenías 1 año, ella te amamantó y te bañó. A cambio, lloraste toda la noche.
Cuando tenías 3 años, ella te cocinaba con mucho cariño y a cambio tú tirabas un plato de su comida al suelo.
Cuando tenías 4 años, ella te compró bolígrafos de colores y, a cambio, pintaste cuadros abstractos por toda la pared.
Cuando tenías 5 años, ella te compró ropa hermosa y cara, y a cambio tú la usabas para jugar en el charco de barro.
Cuando tenías 7 años, ella te compró una pelota y a cambio la usaste para romper el vaso de tu vecino.
Cuando tenías 9 años, ella pagó mucho dinero para ayudarte a practicar el piano. A cambio, a menudo faltabas a clases y no practicabas.
Cuando tenías 11 años, ella iba al cine contigo y tus amigos y, a cambio, la dejabas sentarse en la otra fila.
Cuando tenías 13 años, ella te sugirió que te cortaras el pelo, pero dijiste que no sabía qué eran los peinados de moda.
Cuando tenías 14 años, ella pagó la cuota de tu campamento de verano durante un mes, pero no la llamaste durante todo un mes.
Cuando tenías 15 años, ella llegó a casa después del trabajo y quiso darte un abrazo. A cambio, te diste la vuelta y entraste a la casa, cerrando la puerta.
Cuando tenías 17 años, ella estaba esperando una llamada importante y tú sostuviste el teléfono y charlaste con tus amigos toda la noche.
Cuando tenías 18 años, a ella le conmovió hasta las lágrimas tu graduación de la escuela secundaria, pero estuviste de fiesta con amigos afuera hasta el amanecer.
Cuando tenías 19 años, ella pagó tus tasas universitarias y te envió a la escuela. Le pediste que se bajara del autobús lejos, temiendo que sus compañeros te vieran sonreír.
Cuando tenías 20 años, ella te preguntó "¿Adónde fuiste todo el día?" y respondiste: No quiero ser como tú.
Tienes 23 años. Ella te compra muebles para decorar tu nueva casa. Les dices a tus amigos que los muebles que compró son terribles.
Cuando tenías 30 años, ella te dio consejos sobre cómo criar a los hijos y tú le dijiste: Mamá, los tiempos han cambiado.
Cuando tienes 40 años, ella te llama y te dice que su familiar está celebrando su cumpleaños. Le respondes, mamá, estoy ocupada y no tengo tiempo.
Cuando tenías 50 años, ella se enfermaba a menudo y necesitaba tus cuidados, mientras tú estabas en casa leyendo un libro sobre padres que abandonan el hogar de sus hijos.
Finalmente un día, ella falleció. De repente... recuerdas todas las cosas que no has hecho y te golpean el corazón como un martillo.