¿Por qué no comes sardinas frescas sino enlatadas?
1. Este pescado tiene un alto contenido en grasas y proteínas. Esto los hace muy delicados y deliciosos cuando están frescos, pero también hace que no sean resistentes al almacenamiento y transporte. Los ácidos grasos insaturados son propensos a la oxidación y al deterioro. Incluso si se refrigeran, el sabor seguirá viéndose comprometido, por lo que el almacenamiento a largo plazo en latas selladas es un método ideal.
2. Debido a que las espinas intermusculares de este pez son extremadamente densas (refiriéndose a la carpa cruciana y la carpa que se come habitualmente), es muy problemático comerlo directamente. Marinar y recalentar ablanda las espinas y permite comerlas con el pescado. Las espinas de pescado también pueden proporcionar mucho más calcio que el pescado fresco, matando dos pájaros de un tiro.
2. Valor nutricional de las sardinas en conserva
1. Las sardinas en conserva se elaboran a partir de sardinas y son ricas en proteínas, fosfolípidos, calcio y otras sustancias. En particular, el pescado de agua salada tiene un componente especial que protege la salud cardiovascular: los fosfolípidos (ácidos grasos QMEGA-3). Por tanto, el valor nutricional de las sardinas enlatadas sigue siendo muy alto.
2. Las sardinas contienen mucho calcio, especialmente en las espinas del pescado. Las sardinas enlatadas tienen huesos blandos y son seguras para comer. Nuestro cuerpo necesita suficientes minerales y las sardinas son aptas para personas de todas las edades porque son ricas en calcio. Pueden absorber calcio de las sardinas cocidas.
3. Las sardinas contienen un ácido graso de cadena larga que contiene cinco dobles enlaces, que puede prevenir la trombosis y es eficaz en el tratamiento de enfermedades cardíacas.
4. Cómodo de comer: Las sardinas enlatadas son muy cómodas de comer y se pueden preparar en sándwiches.