Tratamiento de la isquemia miocárdica
Debido a que la isquemia miocárdica conlleva el riesgo de infarto de miocardio y muerte súbita, la isquemia miocárdica debe tratarse lo antes posible. Prevenir activamente la aparición de aterosclerosis. Si ya ha ocurrido, se debe realizar un tratamiento activo para prevenir el desarrollo de la enfermedad y esforzarse por revertirla. Los pacientes con complicaciones deben ser tratados con prontitud para evitar que la afección empeore y prolongar la vida del paciente.
2. Terapia farmacológica
Debido a que el mecanismo de la isquemia miocárdica es principalmente el desequilibrio entre el suministro y la demanda de sangre miocárdica (oxígeno en sangre), el tratamiento de la isquemia miocárdica no es más que aumentar el suministro de oxígeno al miocardio y/o reducir el consumo de oxígeno del miocardio para reequilibrar el suministro y la demanda de oxígeno del miocardio.
(1) Los fármacos antiplaquetarios pueden prevenir la trombosis, prevenir el tromboembolismo de las arterias coronarias y cerebrales y reducir el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y muerte cardiovascular en pacientes con angina estable. Si no existen contraindicaciones, se debe tomar durante un tiempo prolongado. Los medicamentos de uso común incluyen aspirina y clopidogrel.
(2) Los betabloqueantes pueden ralentizar la frecuencia cardíaca, reducir el oxígeno del miocardio y prevenir la muerte súbita, como el metoprolol o sus comprimidos de liberación sostenida. Los betabloqueantes son el fármaco de elección para la angina de pecho estable y pueden usarse en combinación con nitratos para complementarse entre sí. Por lo general, la dosis debe ajustarse según la respuesta terapéutica y los cambios en la frecuencia cardíaca.
(3) Los antagonistas del calcio pueden inhibir la contracción del miocardio y reducir el consumo de oxígeno del miocardio; dilatar las arterias coronarias, aliviar el espasmo de las arterias coronarias y mejorar el suministro de sangre al miocardio. Los medicamentos de uso común incluyen verapamilo y nifedipina.
(4) Las estatinas, como la atorvastatina y la rosuvastatina, pueden reducir el colesterol plasmático, estabilizar las placas arteriales y evitar que las placas se caigan y formen trombos.
(5)5) Bloqueadores del RAS (sistema renina-angiotensina-aldosterona), que pueden prevenir el remodelado ventricular y mejorar la función cardíaca, como benazepril y valsartán.
(6) Los nitratos dilatan las arterias coronarias y aumentan el suministro de sangre al miocardio, como el mononitrato de isosorbida.
(7) Los fármacos trombolíticos disuelven el trombo agudo y se utilizan para el infarto agudo de miocardio.
3. Terapia intervencionista
La terapia intervencionista de la arteria coronaria tiene las características de un traumatismo pequeño, una recuperación rápida y un tiempo de hospitalización corto, y es ampliamente aceptada por los pacientes. Desde los primeros días de la simple expansión con balón hasta la era de los stents metálicos y ahora hasta la era actual de los stents recubiertos con fármacos, se ha convertido en un medio importante para tratar esta enfermedad. Por tanto, se recomienda que los pacientes con síntomas típicos o inestables, insatisfacción con el tratamiento farmacológico e isquemia miocárdica se sometan a una angiografía coronaria y, si es necesario, a la implantación de un stent.
4. Injerto quirúrgico de derivación de arteria coronaria
Las lesiones multivaso complejas y las lesiones del tronco principal izquierdo desprotegido son opcionales.