Me encantan los melocotones de mi ciudad natal, un ensayo de 400 palabras.
En primavera, los melocotoneros chupaban con avidez el néctar, y las brillantes flores de durazno sonreían y se sonrojaban. Las pequeñas hojas verdes se ven muy hermosas contra las flores rosadas de durazno. A medida que pasa el tiempo, las flores de durazno se marchitan gradualmente y las hojas verdes se hacen más grandes. Unos días después, la cabecita surgió de las hojas, y ese era el melocotón. Estos melocotones son como niñas tímidas, surgiendo en la brisa.
A principios del verano, los melocotoneros se cubren de melocotones, que poco a poco van creciendo y madurando.
Los melocotones vienen en diferentes tamaños, el más grande es del tamaño de un puño y el más pequeño es más pequeño que una uva. Los melocotones pequeños están cubiertos de finos pelos esponjosos. Cuando los melocotones estén maduros y lavados, todos los pelos finos se caerán. El melocotón es verde al principio y gradualmente la parte superior se vuelve rojiza, luego más y más roja y finalmente se vuelve de color rojo intenso. No seas impaciente al comer un melocotón. Primero quítale la piel, luego dale un mordisco y verás la pulpa amarilla y roja. El sabor es dulce y delicioso, con un regusto interminable. Los melocotones verdes son duros y amargos, pero los melocotones maduros son suaves y dulces, lo que hace que a la gente le guste comerlos cada vez más.
¡Me encantan los melocotones de mi ciudad natal!