¿Cómo se puede ver la indigestión de un niño a través de la defecación?
Diarrea, heces amarillas o verde clara, poca agua, distensión abdominal, vómitos ocasionales, a veces fiebre, pero no muy alta, el niño tiene poco apetito, pero está de buen humor. Si las heces del bebé están secas y hay una ligera acumulación de comida, lo mejor es no utilizar medicamentos para tratarlas. El estómago de un bebé es frágil. Si toma medicamentos a ciegas o come demasiados alimentos que contienen fibra, dañará aún más sus intestinos. Aunque la afección se alivia temporalmente, es más probable que el bebé tenga problemas intestinales en el futuro.
Si un niño tiene algún problema con el bazo y el estómago, poco a poco irá desarrollando síntomas como acumulación de alimentos, indigestión, anorexia, distensión abdominal, heces secas y estreñimiento. Con el tiempo, su capacidad de digestión y absorción se verá afectada, afectando su crecimiento y desarrollo. Si la frecuencia de defecación del bebé aumenta repentinamente y las heces del bebé huelen mal y son espumosas, o los alimentos no digeridos se pueden ver claramente en forma granular, puede ser una indigestión. El color de las heces del bebé cambia, heces verdes, etc. También podría ser una indigestión. La dispepsia tóxica se caracteriza por aparición repentina, fiebre alta y alrededor de 20 deposiciones, a veces más. La forma de las heces también es anormal, a menudo acuosa o parecida a una sopa de huevo, y tiene un olor ácido muy acre.
Los vómitos frecuentes pueden provocar fácilmente la deshidratación del bebé, y en casos graves, incluso pueden provocar la muerte por aspiración. Si un bebé con mal estómago se encuentra con una madre descuidada, será un desastre para el estómago del bebé. Por ejemplo, cuando una madre está amamantando, come de todo, ácido, picante, dulce y siempre sale a comer. Si la función intestinal de la madre no es buena, también provocará que se trastorne la flora intestinal del niño.