Las patatas fritas suelen ser las más sencillas de hacer.
Primero preparamos las patatas. Normalmente, las patatas más grandes son mejores para hacer patatas fritas. Pelar las patatas y cortarlas en tiras largas o en rodajas finas. A continuación, remoja las patatas en agua fría durante diez minutos para disolver el exceso de almidón de la superficie.
A continuación, sacamos las patatas remojadas en agua, las enfriamos, controlamos el contenido de humedad y las ponemos en una olla para freír cuando la superficie esté ligeramente seca. Primero, debes calentar el cárter de aceite. Cuando la temperatura alcance los 170-180 grados, añade las patatas y sofríe durante unos 3 minutos. Cuando las patatas estén más tiernas las retiramos y las colocamos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Finalmente, las patatas brevemente procesadas y las patatas fritas están listas para emplatar. Puedes espolvorear una cantidad adecuada de sal al gusto, o puedes mojarlo en una cantidad adecuada de salsa según tu gusto personal. En general, las papas fritas son un delicioso refrigerio casero que es simple y fácil de preparar y no es difícil para los cocineros novatos o para quienes preparan comidas difíciles.