El problema de tratar a las mujeres como frutos
Una mujer de treinta años es como una manzana, rosada por fuera pero deliciosa y nutritiva por dentro (guapa y deliciosa).
Una mujer de cuarenta años es como una piña, de color amarillo nacarado por fuera y rica por dentro (no necesariamente sabe mal).
Para una mujer de cincuenta años, en lugar de hablar de apariencia, es mejor mirar hacia dentro y acumular la esencia de la vida.