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¿Qué tipo de fruta es buena para que coman las personas mayores en verano?

¿Qué tipo de fruta es buena para que coman las personas mayores en verano? Esto requiere un tratamiento diferenciado para las personas mayores con diferentes físicos y enfermedades.

Las personas mayores con cuerpo frío

La tez es más pálida que la de la gente común, rara vez tienen sed y rara vez entran en contacto con cosas frías. Al comer frutas, deberían hacerlo. Elija frutas calientes. Estas frutas incluyen naranjas, kiwis, lichis, granadas, castañas, cerezas, cocos, etc.

Las personas mayores con calor corporal excesivo tienden a producir calor

A menudo experimentan síntomas como enrojecimiento de la cara, orejas rojas, sed, lengua seca y estreñimiento. Estas personas mayores deberían comer más frutas frías, como peras, sandías, plátanos, mangos, tomates, melones, pomelos, etc. Además, las frutas con propiedades pacíficas como la manzana, la uva, la piña, la papaya y las aceitunas también son aptas para las personas mayores.

Las personas mayores con diabetes y nefritis

no deben comer más frutas que contengan mucha fructosa como manzanas, peras, plátanos;

Las personas mayores con alimentos a menudo ácidos constituciones

No es aconsejable comer más frutas que contengan muchos ácidos orgánicos como espinos y limones;

Personas mayores con enfermedades cardíacas y edemas

Es No es aconsejable comer más sandías, cocos, etc. Las frutas con más contenido en agua pueden evitar aumentar la carga sobre el corazón y agravar el edema.

Nefritis y edemas en ancianos

No comer plátanos, melón y otras frutas con alto contenido en potasio y sal.

Además, la piña contiene bromelina y su consumo regular puede provocar alergia a la piña en algunas personas mayores; los caquis contienen una gran cantidad de fenoles de goma de caqui, que pueden agravar el estreñimiento en las personas mayores. Los órganos de la vejez y sus funciones fisiológicas se debilitan. Por tanto, no es aconsejable ingerir una gran cantidad de fruta, sino pequeñas cantidades a intervalos frecuentes, preferiblemente 1 hora antes de las comidas y 2-3 horas después de las comidas.