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Paciente con ébola se derrite

En 1976, un virus misterioso mató a personas en 55 aldeas a lo largo del río Ébola, por lo que se llamó virus del Ébola. Se puede decir que mi vida quedó arruinada en ese momento.

Es uno de los virus con mayor tasa de mortalidad descubiertos hasta el momento, con una tasa de mortalidad de hasta el 90%. Cuando el virus del Ébola hizo estragos en Sudán, la tasa de mortalidad fue del 53,2%, y en Zaire, ese mismo año, la tasa de mortalidad fue del 88,8%. Hasta el momento no existe ninguna vacuna para prevenirlo y su horror ha sido clasificado como un virus de nivel 4 de bioseguridad por la OMS. Debes saber que tanto el SIDA como el SARS son solo de nivel 3, lo que demuestra lo terribles que son. La mortalidad puede ser aterradora, pero el método de muerte lo es aún más.

La muerte de una persona infectada es fea. Ahora, sin un tratamiento eficaz para el Ébola, muchos pacientes sólo pueden soportar un dolor y una desesperación interminables mientras esperan morir. Fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y dolor de garganta aparecen temprano, seguidos de vómitos, diarrea y daños en la función hepática y renal. Los síntomas de hemorragia interna y externa pueden ocurrir más adelante.

Algunos pacientes murieron rápidamente en 48 horas. El virus del Ébola se multiplicó en grandes cantidades y atacó múltiples órganos al mismo tiempo, provocando degeneración, necrosis y descomposición de los órganos. El paciente sangrará internamente, y luego el sangrado se detendrá en los siete orificios. Finalmente, el tejido necrótico de los órganos internos vomitará en la boca, y finalmente morirá. La capacidad de mutar también es muy fuerte. Hasta ahora han surgido cuatro variantes, y el Ébola Say, un virus con una tasa de mortalidad de hasta el 90%, proviene de sus mutaciones.

El miedo a lo desconocido es indescriptible. Aunque los experimentos demostraron que el interferón coagulado tenía algún efecto, los resultados fueron sólo una tasa de supervivencia de un tercio. El único tratamiento actual es fortalecer el propio sistema inmunológico del paciente para hacer frente al virus mediante medicamentos u otras medidas, como la suplementación oportuna de plaquetas. Sin embargo, la tasa de supervivencia sigue siendo muy baja.