¿Recetas perfectas para el verano? ¿Y practicar?
No todas las verduras se pueden utilizar para platos fríos. Por ejemplo, las verduras con almidón como las patatas, el taro y el ñame deben cocinarse; de lo contrario, los gránulos de almidón del interior no se romperán y el cuerpo humano no podrá digerirlos. Algunos frijoles, como el duyun y el edamame, contienen proteínas tóxicas y pueden causar fácilmente una intoxicación alimentaria si se comen crudos. Aunque estén frías, primero hay que cocinarlas.
Las espinacas, el amaranto, las espinacas de agua, los brotes de bambú, las cebollas, el arroz salvaje, etc. son vegetales que contienen mucho ácido oxálico, que se combinará con el calcio en los intestinos para formar oxalato cálcico insoluble, interfiriendo con la absorción de calcio por parte del cuerpo. Por ello, estas verduras deben escaldarse en agua hirviendo para eliminar la mayor parte del ácido oxálico antes de servirlas frías.
Pon un poco de jengibre y ajo al cocinar.
Debido a las altas temperaturas del verano, los microorganismos se multiplican muy rápidamente, siendo una estación en la que las enfermedades infecciosas del tracto digestivo se propagan con facilidad. Por eso, los utensilios que se utilizan para preparar platos fríos, como cuchillos de cocina, tablas de cortar y recipientes, deben estar muy limpios. Hervir con agua hirviendo antes de usarlo. Está prohibido utilizar tablas de cortar y cuchillos de cocina que hayan cortado carne cruda para cortar verduras. Además, es mejor remojar las verduras en agua ligeramente salada durante 30 minutos antes de comerlas, lo que puede minimizar los residuos de pesticidas. Agregar vinagre, ajo y jengibre picado durante la cocción también puede tener un efecto esterilizante. El jengibre y la alicina del ajo también tienen fuertes funciones antioxidantes, que pueden retrasar el envejecimiento y resistir la radiación.
Lo mejor es utilizar verduras frescas para ensaladas frías. Algunas verduras perderán su dulzura y frescura después de guardarlas en el frigorífico durante un tiempo y también perderán algunos nutrientes, por lo que no son aptas para ensaladas frías. Los platos fríos preparados se estropean fácilmente, por lo que es mejor comerlos el mismo día.
Jugo de jengibre caupí
Poner 5g de sal refinada, 20g de jugo de jengibre (picar el jengibre y remojarlo en agua hirviendo adecuada durante media hora), 2g de glutamato monosódico y 10g de aceite de sésamo en un tazón pequeño y reserve. 300 gramos de caupí tiernos, lavados y hervidos en agua hirviendo durante unos 6 minutos para que queden verdes y conserven cierta textura crujiente. Sácalo y córtalo en rodajas de 6 cm de largo, colócalo en un plato en forma de trapecio y vierte la salsa preparada por delante.